El consumo de lasaña congelada en el hogar se incrementó un 6,2% en 2020, alcanzando las 9.269 toneladas consumidas, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Platos Preparados (Asefapre).
Y es que, se trata de una de las recetas más populares de la gastronomía italiana que ha traspasado fronteras y que cada día gana más adeptos. Desde su versión más clásica boloñesa, hasta las más innovadoras de salmón o vegetales, existen infinidad de variedades para disfrutar de forma sencilla de este laborioso plato.
El origen de la lasaña, aunque incierto, es antiguo. Ya el mismísimo Cicerón escribió sobre su pasión por el “laganum”, un plato formado por tiras de pasta alargadas, e incluso hay versiones que aseguran que el vocablo proviene del griego “lasanon”. Sin embargo, lo más probable es que hasta el siglo XVIII no apareciese un plato similar a la lasaña al horno que conocemos hoy en día.