En cada trimestre se consumen unos 250 millones euros en perfumes y fragancias y las ventas se incrementan durante el último trimestre pudiendo llegar a los 300 millones de euros, concentrándose las ventas en el Black Friday, Navidad y Reyes. Generalmente, el consumo de fragancias en Navidad incrementa su volumen en torno a un 18%.
Así lo señala la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética, Stanpa, que advierte que durante estas fechas se produce también un incremento de las ventas de productos falsificados y que son un riesgo para los consumidores.
“La compra de productos falsos por internet durante el Black Friday está creciendo a un ritmo preocupante”, afirma Stanpa, que añade que “el producto puede no llegar nunca o se puede recibir algo que no era lo esperado. Además, algunas webs que venden productos falsos utilizan la venta para capturar y almacenar los datos personales y económicos del comprador o infectar su ordenador con virus”.
El problema de las falsificaciones de perfumes en online se multiplica al mismo ritmo que lo hace el comercio electrónico. Los falsificadores aprovechan la viralidad de internet y actúan suplantando la reputación de las marcas, su tráfico e incluso las ventas de las marcas legales. En perfumería y cosmética, el 50% de las falsificaciones se concentran en redes sociales. En el mundo digital, el acceso al producto falso es inmediato y global, a un solo clic.
“El 50% de los usuarios no quieren comprar productos falsos, pero se encuentran con que lo que reciben está falsificado, con las consecuencias no solo para la salud y la pérdida económica sino también para la reputación de la marca. Pese a que las marcas cumplen con todos sus requisitos de propiedad intelectual la lucha contra la falsificación se hace tremendamente complicada”, lamenta esta entidad.
La mayor preocupación para el sector y las autoridades, más allá del impacto económico y de empleo, son los peligros para la salud del uso de productos falsificados que contienen ingredientes fraudulentos y fabricados clandestinamente. El uso de perfumes falsos puede producir efectos perjudiciales como alergias, intolerancias, manchas en la piel o quemaduras por el sol.
A este respecto, Stanpa ha llevado a cabo un análisis comparativo de perfumes auténticos y falsificados en un laboratorio internacional especializado, con la técnica de Cromatografía de Gases/Espectrometría de Masas (CG/EM), con el objetivo de poner de manifiesto las diferencias entre productos auténticos y falsos.
En concreto, se han observado múltiples diferencias en la composición entre los perfumes originales y los falsos. Frente a los más de 80 componentes que tiene un perfume original, las falsificaciones no suelen tener más de 20 o 25, que son en su mayoría distintos (solo un 10% de los ingredientes encontrados en los productos originales aparecen también en los falsificados).
Asimismo, los perfumes falsificados son un fraude, contienen en su mayoría agua, hasta un 50%, y etanol industrial o de baja pureza como disolvente. En algunos aparece dietilenglicol, sustancia tóxica cuyo uso está prohibido en cosméticos excepto en el caso de trazas y también se detecta la posible presencia de otras sustancias prohibidas. Una pequeña presencia de algunos componentes aromáticos básicos como el geraniol o el citrol enmascaran la fórmula para engañar al consumidor.
Además, los productos falsificados no tienen filtros UV, lo que puede dar lugar a fotodegradación y generar sustancias de riesgo para la salud que produzcan dermatitis, reacciones alérgicas, manchas en la piel, etc.
Por último, Stanpa recuerda que al comprar falsificaciones se está renunciando a todos los derechos como consumidor. El producto carece de garantía en caso de defecto o no conformidad del mismo, dejando al consumidor indefenso ante cualquier incidencia.