Las ventas de café certificadas con sello de comercio justo han crecido solo en España un 104% en los últimos cinco años hasta llegar a los 20,9 millones de euros, si bien en 2020 se vieron afectadas con un descenso del 9% por la crisis sanitaria y económica a causa del Covid-19.
Desde 2015, el volumen de toneladas métricas de café vendidas certificadas por Fairtrade ha aumentado un 80% en España, según Fairtrade Ibérica, sello que certifica productos de comercio Justo, con el objetivo de trabajar para la sostenibilidad de las personas y el planeta. El consumo per cápita de los españoles en café sostenible certificado alcanza en la actualidad los 0,44 euros y el número de marcas que confían en el sello líder del comercio justo en España para certificar café ha aumentado un 60%.
“Son números muy positivos, y lo mejor es que el sector en España todavía cuenta con un amplio margen de crecimiento para contar con números similares a los de países referentes en Europa en cuanto a Comercio Justo”, apunta el director de Fairtrade Ibérica, Álvaro Goicoechea.
Este viernes se celebra el Día Mundial del Café y, para Fair Trade Ibérica, el café es un producto especial, ya que fue el que originó el movimiento por el comercio justo, tanto en España como en el resto del mundo. El café fue el primer producto certificado por Fairtrade, concretamente en 1998. En España habría que esperar hasta 2005 para que Supracafé se convirtiera en la primera marca española en comercializar café certificado por el sello líder, que lleva cerca de un cuarto de siglo luchando por los derechos humanos y laborales de los productores de café en todo el mundo.
La materia prima del café que certifica Fairtrade se concentra en países como Brasil, Colombia u Honduras, en Latinoamérica, Vietnam en Asia, y Etiopía o Kenia en África. Es uno de productos de los que más se especula por parte de los mercados financieros, y los productores están a merced de los mecanismos del mercado libre, tienen una influencia escasa sobre la fijación de los precios y, además, son los principales afectados cuando se producen pérdidas de cosechas debido a las duras condiciones climatológicas que sufren los países antes mencionados o a situaciones extremas e impredecibles como la crisis sanitaria mundial provocada por el Covid-19. Todo esto hace que el precio global del café sea muy volátil, con fluctuaciones en el precio que pueden ser superiores al 50% a lo largo de un año o incluso en varios meses.