Se estima que en 2022 se cosecharon en toda la UE un total de 270,9 millones de toneladas de cereales, lo que supone 26,7 millones de toneladas menos que en 2021, el equivalente a una disminución del 9%.
Por países, Francia cosechó 59,9 millones de toneladas de cereales en 2022, siendo el mayor productor de cereales de la UE y aportando el 22% de la producción total de la UE. Alemania cosechó 43,5 millones de toneladas de cereales (16% del total de la UE), Polonia 35,0 millones de toneladas (13%), España 19,3 millones de toneladas (7%) y Rumania 18,9 millones de toneladas (también el 7% del total de la UE).
La disminución general de la producción de cereales cosechada en la UE en 2022 se debió a la evolución de Rumania (-32%: una disminución de 8,9 millones de toneladas), Francia (-10%: una disminución de siete millones de toneladas), España (-10%: una disminución de siete millones de toneladas) y Hungría (-35%: una disminución de 4,9 millones de toneladas).
Hubo muy pocos países donde la cosecha total de cereales aumentó, pero se incluyeron, entre otros, Alemania (+3%, un aumento de 1,1 millones de toneladas), Finlandia (+39%, un repunte de un millón de toneladas después de una mala cosecha en 2021) y Polonia (+3%, un aumento de 1,0 millón de toneladas).
Disminución de la producción de trigo y espelta, maíz en grano y centeno
Por tipos de cereales, la UE cosechó 126,7 millones de toneladas de trigo blando y espelta en 2022, lo que supone 3,2 millones de toneladas menos que en 2021, una disminución del 2%. La producción cosechada de maíz en grano y mezclas de mazorcas de maíz se desplomó a 53 millones de toneladas en 2022, 20 millones de toneladas menos que en 2021 y equivalente a una disminución del 27%. Esta fuerte caída reflejó principalmente los efectos adversos de las sequías generalizadas dentro de la UE.
Por su parte, la producción de cebada cosechada en la UE en 2022 se mantuvo casi sin cambios en 52 millones de toneladas, al igual que la producción de avena en 7,5 millones de toneladas. Por el contrario, la producción de centeno cayó un 8% hasta 7,8 millones de toneladas en 2022.
La producción agrícola es muy sensible a las condiciones climáticas, tanto durante la temporada de crecimiento como en el momento de la cosecha. En muchas regiones de Europa, las temperaturas máximas diarias durante el verano de 2022 fueron las más cálidas o las segundas más cálidas registradas durante el período transcurrido desde 1991. El estrés térmico, causado por estas altas temperaturas, y la sequía fueron factores que contribuyeron a la menor producción cosechada de algunos cereales, en particular el maíz en grano, en varias regiones de la UE.










