La cosecha europea de manzanas y peras de 2019 disminuirá un 20% y un 14% respectivamente, según los datos estimados por el sector en la Conferencia Prognosfruit celebrada en Bélgica.
Durante la conferencia, la Asociación Mundial de la Manzana y la Pera (WAPA) ha hecho pública esta estimación, que recoge que, este año, la producción de manzanas en la UE alcanzará los 10,5 millones de toneladas, un 20% menos que la pasada campaña, con récord de cosecha, y un 8% menos respecto a la media de las tres últimas campañas.
Por su parte, se espera que la cosecha de pera ascienda a dos millones de toneladas, lo que supone una disminución del 14% respecto a 2018.
Además de la alternancia de cultivos, la estimación de la cosecha de este año se ha visto influenciada por la climatología, un invierno suave, un mayo frío y húmedo, heladas tardías, un junio soleado y cálido, olas de calor y sequía en julio, cambios bruscos de temperatura y baja floración. Sin embargo, estos factores fueron dispersos, y su impacto difiere significativamente de una región a otra.
Además, en el caso de la pera, la baja cifra global se debe principalmente a una disminución de la estimación de Italia, lo que ha provocado que la previsión global sea la segunda más baja de la década. La caída se debió principalmente a la baja floración, influenciada por la alta cosecha, el calor de la temporada pasada y la lluvia.
La manzana en la parte oriental de la UE se ha visto afectada por la ola de frío en mayo, con pérdidas del 44% en países como Polonia. En la mayoría de los países productores de manzana, se han producido disminuciones moderadas o estabilización del cultivo, y en Francia, España y Portugal han registrado un aumento de su cosecha.
El inicio tardío de la temporada de hasta dos semanas podría contribuir a un mejor equilibrio del mercado, pero desde WAPA se señaló la necesidad de impulsar el consumo.