Eroski ha evitado que 16.000 toneladas de alimentos acaben en la basura gracias a las iniciativas llevadas a cabo en su lucha contra el despilfarro de alimentos durante el primer semestre del 2021. El grupo Eroski también se suma además a la Semana Contra el Desperdicio Alimentario promovida por la Asociación de Empresas de Gran Consumo AECOC, que prolongará hasta el próximo domingo.
Durante los seis primeros meses del año, a través de su programa Desperdicio Cero, la cadena de supermercados ha donado 1.400 toneladas de alimentos a personas en situación vulnerable gracias a la colaboración con más de 100 entidades sociales, lo que equivale a entregar más de cuatro millones de comidas. Este programa garantiza que ningún alimento apto para el consumo es desechado en sus tiendas, sino que es entregado a organizaciones sociales del entorno cercano de cada tienda o plataforma logística. Para llevarlo a cabo, Eroski colabora con la Federación Española de Bancos de Alimentos desde 1996, así como con Cáritas, Cruz Roja o la Asociación Reto a la Esperanza.
Por otro lado, Eroski ha apostado por la comercialización de frutas y hortalizas llamadas “feas”, por su aspecto o por su tamaño. Durante el primer semestre, ha comercializado alrededor de 300 toneladas de frutas y verduras “feas”.
Otras de las acciones llevadas a cabo son los descuentos en productos próximos a su fecha de caducidad o consumo preferente y la donación de alimentos no aptos para el consumo humano, pero sí animal a refugios y zoológicos. Estas dos actuaciones principales contra el desperdicio alimentario que se desarrollan en tienda han permitido evitar la pérdida de 13.600 toneladas.
Junto a la reducción del desperdicio alimentario vinculada a un fin solidario de donación, Eroski persigue también potenciar un modelo de economía circular. Así, durante la primera parte del año ha dado una segunda vida a 2.500 toneladas de alimentos que destina a la producción de harinas y aceites animales y de piensos para alimentación animal.
“Además de liderar acciones que eviten el desperdicio directo de toneladas de alimentos que aún son aptos para el consumo a través de donaciones a organizaciones y entidades sociales, llevamos a cabo, de igual manera, iniciativas de economía circular para dar una segunda vida a aquellos que ya no pueden ser destinados a un consumo humano”, señala el director de Salud y Sostenibilidad de Eroski, Alejandro Martínez Berriochoa.
La cadena participa en proyectos de innovación europeos para buscar nuevas utilidades a residuos alimentarios y avanzar así hacia la economía circular. En este ámbito se enmarcan proyectos como Life Citruspack para buscar estrategias de revalorización dentro de la economía circular con el objetivo de aprovechar las fibras naturales de peladuras y cascaras de cítricos para elaborar con ellas botellas de zumo y envases para cosméticos compostables y biobasados. Por otra parte, la compañía ha participado recientemente en el proyecto de innovación Robin Food, que aúna la inclusión de personas en riesgo de exclusión social con la revalorización de excedentes alimentarios.