La Federación Nacional de Industrias Lácteas (FeNIL) ha presentado este martes el Barómetro del sector lácteo, una iniciativa destinada a difundir de manera periódica los datos más relevantes del sector. En esta primera entrega se ha puesto de manifiesto que España cuenta con la leche en origen pagada al ganadero más cara de toda la Unión Europea (exceptuando Malta y Chipre), lo que ha propiciado la entrada masiva de productos lácteos elaborados extranjeros, en particular quesos, a precios más competitivos, desplazando en los lineales y en la cesta de la compra los nacionales.
Según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y de la Comisión Europea, el precio de la leche cruda de vaca en España en el mes de agosto fue de 0,515 euros por kilo, frente a los 0,410 de Alemania o los 0,452 de Francia. La media de la Unión Europea se situó en los 0,436 euros por kilo.
“Este hecho ha generado una competencia desigual en los mercados, perjudicando a los productos lácteos españoles. La situación es especialmente preocupante en el mercado de los quesos y en el de los derivados lácteos (leche en polvo, mantequilla, suero, etc.). En el caso de la leche de oveja y cabra, el precio pagado en origen en España, tradicional líder europeo en su producción, es el más elevado de la serie histórica, lo que está estimulando nuevas y modernas producciones en otros países de la Unión Europea”, señala FeNIL.
Luis Calabozo, director general de la Federación, ha expresado al respecto que “vemos con especial preocupación para el futuro del sector lácteo en nuestro país que, pese a que los ganaderos españoles están recibiendo los precios más altos de la historia por su leche, no se consigue estimular la producción. Esto indica que existen factores estructurales distintos al precio que hay que analizar para garantizar la supervivencia y el crecimiento del sector. Necesitamos identificar y favorecer las condiciones para atraer al sector personas y capital que estimulen el crecimiento y la eficiencia de las producciones. Es de vital importancia lograr una industria láctea rentable y competitiva para asegurar el futuro del sector y garantizar el acceso al consumidor español de estos alimentos esenciales y que sean producidos en nuestro país, para lo que es condición necesaria preservar nuestra competitividad”.
Asimismo, Calabozo ha afirmado que la incertidumbre ante el descenso en el volumen de producción de leche cruda en el campo, el aumento de la oferta internacional y las dificultades del contexto económico mundial genera presiones adicionales a la industria láctea española.
“La industria láctea española en general, y la quesera en particular, están perdiendo competitividad, lo que nos está llevando a perder posiciones en los mercados. Esta situación ha propiciado la entrada en masa en España de productos lácteos extranjeros, principalmente quesos, a precios más bajos, desplazando en el lineal y en la cesta de la compra los lácteos de nuestro país. Todo ello, sumado a las estrategias históricas de venta por parte de la distribución a unos precios en el lineal artificialmente bajos (leche UHT principalmente), representa un gran desafío para una industria láctea con una rentabilidad y unos márgenes muy erosionados por la crisis de costes que se atraviesa (energía, envases, transporte, laborales, etc.), pero muy especialmente, por el coste de la materia prima leche”, ha concluido Calabozo.