La Asociación Nacional de Industrias de la Carne (Anice) ha explicado, en rueda de prensa, que los estrictos procesos y controles a los que se somete la producción de carne y sus derivados dan como resultado uno de los niveles de seguridad alimentaria más altos del mundo.
Ante la alarma social generada entre los consumidores por el brote de listeriosis en carne mechada que tuvo lugar este pasado mes de agosto en Andalucía, los representantes de la industria cárnica han manifestado que todas las empresas de alimentación, y la industria cárnica en particular, trabajan bajo elevados estándares de seguridad y calidad. Las empresas son las responsables y las primeras interesadas en la seguridad de los alimentos y para ello aplican con rigor los controles sanitarios establecidos.
Además, las empresas tienen implantados sistemas de autocontrol basados en principios rigurosos y científicamente avalados, que incluyen el análisis de los riesgos y el control de los puntos críticos del proceso de fabricación, con un registro documental sistemático de todos los procesos y procedimientos de control.
Esos registros documentales permiten a las autoridades sanitarias mantener un control permanente sobre la actividad de cada empresa, en base a los resultados de estos, valorando el desempeño de las empresas y adoptando decisiones.
Además, parte esencial de este sistema es la trazabilidad, que permite conocer el origen de las materias primas y el destino de los productos elaborados, lo que agiliza la retirada de producto del mercado cuando resulta necesario.