El café, el té y el cacao representan las bebidas estimulantes naturales más consumidas a nivel mundial, con una producción concentrada en regiones específicas: Sudamérica para el café, el Sudeste Asiático para el té y África Oriental para el cacao. En España, el comercio mayorista de estos productos está formado por 660 empresas, encargadas de distribuir estos ingredientes esenciales desde los productores hasta los consumidores. Sin embargo, el sector enfrenta retos financieros considerables, con un 24% de las empresas en riesgo elevado o máximo de impago, según los datos de Iberinform, lo que supone un ligero incremento respecto a 2023.
El sector del comercio mayorista de café, té y cacao en España se caracteriza por una fuerte atomización: el 93% de las empresas son micro o pequeñas, con márgenes comerciales ajustados, que cerraron el último ejercicio en un 4,4%. Esta estructura influye en la capacidad de respuesta de las empresas frente a dificultades financieras, como lo refleja el plazo medio de aprovisionamiento de 90 días, durante los cuales las existencias permanecen en la empresa sin generar ingresos.
Las empresas mayoristas de estos productos se distribuyen principalmente en las provincias de Barcelona (19%), Madrid (14%), Alicante (8%), Murcia (6%) y Valencia (5%). Sin embargo, el riesgo de impagos varía según la ubicación. Valencia lidera el porcentaje de empresas en riesgo máximo o elevado de incumplir sus pagos, con un 35%, seguida de Málaga (30%), Santa Cruz de Tenerife (30%), Madrid (30%), Barcelona (28%) y Alicante (25%). En contraste, las empresas de Murcia presentan el índice de riesgo más bajo (10%), seguidas de Sevilla (23%) y Las Palmas (24%).
La estabilidad financiera del sector parece estar relacionada con la antigüedad de las empresas. Entre las compañías con menos de 10 años, un 37% se encuentra en un nivel elevado o máximo de impago. Este porcentaje se reduce significativamente entre las empresas más consolidadas: un 14% para aquellas con entre 11 y 25 años y apenas un 8% para las que superan los 25 años.
Con casi la mitad (47%) de las empresas con menos de una década en el mercado, el riesgo crediticio se convierte en una preocupación creciente, especialmente en un sector donde los márgenes son bajos y la competitividad elevada.