Freshfel Europe, la Asociación Europea de Productos Frescos, estima que el impacto que va a ocasionar el Brexit en este sector conllevará unos costes adicionales de unos 55 millones de euros debido a la necesidad de nuevos procedimientos operativos, inspecciones y burocracia.
Esta organización recuerda que el Acuerdo de Comercio y Cooperación UE-Reino Unido permite que el sector continúe el comercio a través del canal sin aranceles ni cuotas, lo que garantiza la posición competitiva de los exportadores de la UE en el Reino Unido y un suministro suficiente de productos frescos al mercado británico, y que la introducción por etapas de los controles del Reino Unido también está ayudando al sector a adaptarse a los nuevos controles aduaneros y fitosanitarios fronterizos.
“Hasta ahora, esto ha evitado el peor escenario del caos y largas colas en la frontera entre la UE y el Reino Unido que afectan la calidad del comercio de perecederos. Sin embargo, el sector ya se enfrenta a importantes costes adicionales debido a la necesidad de nuevos procedimientos operativos, inspecciones y burocracia. Los exportadores de la UE todavía están luchando por adaptarse a las nuevas prácticas y requisitos, por ejemplo, en relación con las normas de origen para exportar y reexportar al Reino Unido. Con el flujo completo de operaciones comerciales aún por llegar y la introducción de certificaciones y controles SPS que se esperan en abril y julio, el sector aún no ha sentido el impacto total del Brexit”, añade.
Asimismo, tal y como explica el director general de Freshfel Europe, Philippe Binard, “si bien la situación en la frontera es actualmente estable se espera que el flujo de comercio comience a sufrir significativamente con la introducción de los controles sanitarios y fitosanitarios en los próximos meses, que impactarán en la capacidad de concluir a tiempo las operaciones». Los exportadores de la UE ahora también deben proporcionar certificados de conformidad para las normas de comercialización cuya expedición demora hasta 36 horas, aunque las autoridades del Reino Unido no los solicitan al momento de la importación. La introducción de controles sanitarios y fitosanitarios completos en la frontera y procedimientos completos de declaración de aduanas en julio añadirá una carga y unos costes adicionales a los operadores de la UE.
Por ellos, la organización asegura que la UE y el Reino Unido “deben seguir trabajando juntos para acordar más medidas de facilitación del comercio”.