La industria de alimentación y bebidas cuenta con 499.919 empleados en el primer semestre de 2021, lo que supone el 21% de la industria manufacturera en España. De este modo, pese a la crisis del coronavirus, se encuentra a un 7,6% del máximo nivel de empleo de su historia lo que confirma la estabilidad y resiliencia del sector.
En los dos últimos años, el sector ha ganado peso dentro del empleo industrial y ya uno de cada cinco trabajadores industriales desarrolla su actividad en el ámbito de los alimentos y bebidas, según el Informe de Empleo 2021 elaborado por la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) y Randstad, con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
“Nuestra industria destaca por su estabilidad, resiliencia y capacidad de adaptación en tiempos de crisis, una señal inequívoca de su aportación para la sostenibilidad social y económica de nuestro país”, señala Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB.
Por su parte, Jesús Echevarría, presidente ejecutivo de Randstad España y CEO de Latam y Portugal, ha valorado “la resistencia e impulso que está demostrando la industria de alimentación y bebidas en el último año y nos permite pronosticar que estamos ante uno de los sectores con mayor dinamismo en el futuro inmediato”.
Sin embargo, la crisis del coronavirus ha impactado directamente en el tejido empresarial de la industria de alimentación y bebidas. Un total de 1.066 negocios han causado baja, lo que supone una reducción del 4,2% en el número de empresas con respecto al mismo período de 2020. Aun así, la industria ha resistido mejor que el conjunto de la industria manufacturera, que disminuyó su tejido empresarial en un 4,3%.
Comparando los niveles de empleo con el primer semestre de 2019, ejercicio prepandemia, el nivel de empleo en el primer semestre de 2021 es solo un 1,3% inferior al de dicho período, lo que indica que el sector, en su conjunto, no está lejos de absorber el impacto de la crisis provocada por el Covid-19.
“El esfuerzo realizado por las empresas en estos últimos años ha permitido que, pese a la crisis del Covid -19, cíclicamente el sector esté a un 7,6% del máximo nivel de empleo de su historia. Con un entorno legislativo y fiscal que garantice el equilibrio y apoye la competitividad de las industrias, el sector pronto podría recuperar la dinámica de creación de empleo anterior a la crisis”, destaca García de Quevedo.
Empleo femenino
El empleo femenino de la industria de alimentación y bebidas supone el 39,4% del total de ocupados, un incremento del 1,3% respecto al primer semestre de 2020 y del 2,9% frente al mismo período de 2019. Así, la tasa de empleo femenino en el sector se aleja cada vez más del conjunto de la industria manufacturera, donde solo el 26,8% de los ocupados en el primer semestre de 2021 eran mujeres.
En cuanto a la distribución por edades dentro del sector de alimentación y bebidas, esta se mantiene equilibrada, con más de la mitad de los ocupados situados en el segmento entre 25 y 44 años.
Además, la contratación indefinida continúa siendo la modalidad mayoritaria en el sector, un 79,1% sobre el total, es decir, cuatro de cada cinco asalariados trabajan con una relación laboral indefinida. Además, la temporalidad pierde peso (2,5 puntos en el último año y 2,9 puntos con respecto a 2019) y muchos de estos contratos temporales evolucionan a indefinidos. El 53% de los contratos indefinidos que se rubricaron en la industria de alimentación y bebidas en 2020 procedían de un contrato temporal previo.
El Informe apunta la mejora de cualificación de los trabajadores, donde el 43,6% de los ocupados cuentan con estudios universitarios o de formación profesional. El progreso en la profesionalización coincide con la creciente demanda del sector de incorporar profesionales con una formación adaptada a las necesidades específicas de las empresas, para lo cual solicita reforzar la oferta educativa con aquellas nuevas competencias que requieren los nuevos perfiles que buscan las empresas.