El ahorro de los hogares se multiplicó por 2,3 en 2020 como consecuencia de las restricciones impuestas por la situación epidemiológica y el temor al contagio del Covid-19. En concreto, aumentó en 60.807 millones de euros (126,6%) hasta superar el 14,7% de su renta bruta disponible, 6,6 puntos porcentuales por encima de la media de las últimas dos décadas.
Asimismo, España fue el país de la eurozona que registró un mayor incremento de la tasa de ahorro de las familias en la primera mitad de 2020, según las estimaciones realizada por BBVA Research, que señala que el repunte del ahorro tuvo lugar en un contexto de reducción de los ingresos de los hogares. El descenso del consumo privado, que se concentró en los bienes y servicios que se disfrutan en sociedad y en los asociados a desplazamientos, explicó la evolución del ahorro.
De este modo, la mayor parte del incremento en el ahorro se debe a la imposibilidad de consumir como consecuencia de las restricciones impuestas por la situación epidemiológica y el temor al contagio. Es, por tanto, un ahorro forzado. La incertidumbre sobre la situación económica, que tiene su origen en el deterioro de las expectativas laborales (componente precautorio), también contribuyó al repunte del ahorro.
La absorción del exceso de ahorro acumulado en 2020 impulsará el gasto de los hogares en los próximos trimestres, aunque la incertidumbre es excepcionalmente elevada. Las simulaciones de BBVA Research sugieren que el consumo privado podría crecer hasta dos puntos porcentuales más en 2021 si todo el incremento del ahorro, almacenado como riqueza, es asimilado por los hogares como un aumento temporal de la renta a lo largo del próximo año.