Seis de cada 10 consumidores aseguran mantener a diario una ingesta mixta tanto de proteínas de origen vegetal como de origen animal. Esta tendencia ha ido incrementando poco a poco ya que dos de cada tres consumidores consumen tanto proteína de origen vegetal como de origen animal, como fuente de proteínas para cubrir su ingesta diaria, mientras, el 11% consume sólo proteína vegetal.
De este modo, según una encuesta realizada por Ainia Consumer, los alimentos más consumidos como fuente de proteína vegetal son las legumbres (89%), frutos secos (84%), lácteos vegetales (83%) y semillas y superalimentos (67%).
“El principal argumento que esgrimen los consumidores en favor de la proteína de origen vegetal, frente a la proteína de origen animal, es que la proteína vegetal es más saludable, se digiere mejor y es más sostenible”, según señala Jesús Martínez, investigación de mercados de Ainia.
“El cambio hacia un consumo de productos más saludables y producidos de forma sostenible se ha acelerado durante el último año y medio debido, principalmente, a una mayor concienciación por parte del consumidor de la importancia de la alimentación para su salud y para el planeta”, explica el responsable del estudio.
Los consumidores han reducido la ingesta de azúcares, alimentos congelados o platos preparados, entre otros, y han aumentado el consumo de alimentos como frutas verduras, frutos secos o alimentos con proteínas vegetales. “Las razones son las mismas en casi todos los casos: la salud, el control de peso y/o, mayoritariamente, mantener una alimentación más saludable”, explica Martínez.
Según el estudio, un gran porcentaje de consumidores ha reducido el consumo de azúcares (63%), proteína animal (22%), carne roja (32%), alimentos congelados (19%) y de platos preparados (41%). Mientras que han aumentado el consumo de alimentos como las verduras (58%), las frutas (56%), las semillas y los super alimentos (49%) frutos secos (41%), lácteos vegetales (35%) y proteína vegetal (36%).
El estudio, además, señala que nuevos hábitos de cocinado acompañan a estos cambios que se están produciendo en el consumo de alimentos. Así, dos de cada tres consumidores consideran que han cambiado su manera de cocinar en los últimos años. Los principales cambios son principalmente: una alimentación más saludable, mayor tiempo dedicado al cocinado de alimentos o formas de cocinar más saludables como vapor, horno o menos frituras.
Por otra parte, el consumidor busca, cada vez más, alimentos con envases sostenibles y que sean respetuosos con el medio ambiente. De hecho, cuatro de cada cinco consumidores considera que, con mucha frecuencia, se encuentran embalajes innecesarios cuando compran los productos que consumen.
Además, dos de cada tres consumidores estarían dispuestos a asumir un ligero incremento en el precio de envases más sostenibles. De éstos, un 68% estaría dispuesto a pagar entre un 1% y un 5% más de lo que lo hace actualmente y un 24% entre un 6% y un 10%.
El estudio refleja también que el consumidor continúa reciclando en su hogar concretamente, tres de cada cuatro consumidores declaran que en su hogar separan siempre los envases y los residuos procedentes de alimentos para reciclar. Un 21% lo hace “a veces” y un 8% “nunca” o “casi nunca”. El principal motivo para los consumidores que solamente reciclan “a veces” o “casi nunca” es la falta de espacio en el hogar para colocar todas las bolsas de reciclaje (77%).