El 49% de los españoles todavía siente preferencia por el efectivo para pagar sus compras a cualquier otro método de pago electrónico, dos puntos porcentuales por encima de la media europea, situada en el 47%, según revela el informe “Construyendo un modelo europeo viable de medios de pago” elaborado por la consultora estratégica de PwC, Strategy&.
A este respecto, el estudio señala que la creación de un mercado de pagos electrónicos en la UE pueda competir con EEUU y China se topa con dos grandes obstáculos.
El primero es la preferencia del uso de efectivo por parte de los consumidores europeos y el segundo se refiere a la existencia de un mercado de medios de pagos electrónicos extremadamente fragmentado, con 15 sistemas nacionales y con una todavía mayor cantidad de especificaciones y exigencias distintas por estado, en materia de funcionamiento y de identidad.
En concreto, según los datos recogidos en el informe se estima que cerca del 60% de los consumidores de la UE hacen sus pagos en efectivo. De los pagos con medios electrónicos, el 43% son transferencias y domiciliaciones, otro 43% se corresponden con tarjetas de débito y el 14% restante, fundamentalmente, con tarjetas de crédito.
El 37% de los encuestados aseguran que pagan en metálico porque no hay ninguna otra forma disponible, mientras que el 29% señala que lo hacer por comodidad. En España estos porcentajes son del 40% y el 29%, respectivamente.
Además, el informe señala otros factores que impiden conformar un mercado europeo de medios de pago, como las menores comisiones sobre las tarjetas en la UE que limita los recursos que los bancos destinan a invertir en innovación o la necesidad de introducir los dieciséis dígitos más el código de seguridad de tres números para poder realizar una transacción.
“Aunque la banca abierta ya está en marcha, todavía tiene un largo camino por recorrer para conseguir su adopción por parte del consumidor europeo. Para convencerle, será necesario desarrollar unos servicios sencillos y adaptados a sus necesidades. Para ello, el sector financiero necesita trabajar en su modelo de negocio, racionalizar sus infraestructuras y afrontar la situación actual como una oportunidad”, afirma Raquel Garcés, socia responsable de Sector Financiero en Strategy&
El trabajo también señala la falta de un estándar para una identidad única europea o a la inercia en la que se encuentran los bancos europeos por la directiva PSD2, inicialmente prevista para el pasado 14 de septiembre, si bien la Autoridad Bancaria Europea (EBA) concedió una prórroga adicional.