Todo el mundo hace compras, pero no todo el mundo compra igual. Hay quienes van en busca de las mejores ofertas y quienes no se preocupan tanto por sus gastos. Existen los que sólo compran productos de marca y los fans de las marcas blancas, los que sólo quieren productos eco y se preocupan por la sostenibilidad, y los que solo miran el precio final sin hacerse demasiadas preguntas. Hay quienes no renuncian al mercado del barrio, a las tiendas locales de toda la vida y quienes aman los centros comerciales y las grandes superficies.
De este modo, según Tiendeo.com existen siete tipos de consumidor, que destacan por su forma de comprar, el tipo de productos que consumen, sus preferencias de marca y los canales usados para comprar.
El primero de los compradores sería El práctico. Para los consumidores prácticos comprar es un simple acto destinado a satisfacer una necesidad. Van a las tiendas lo mínimo posible y consumen sólo para satisfacer sus necesidades básicas. Reconocen la dinámica de las ofertas y no se dejan engañar fácilmente por las técnicas de venta. Son personas prácticas, no les gustan las complicaciones y mucho menos lo superfluo.
El comprador omnicanal, se mueve con destreza entre el papel y el digital en busca de la mejor oferta. Es un consumidor activo, siempre en busca de gangas para él y sus seres queridos. Para ellos, es un reto conseguir un producto al mejor precio, y ponen todos sus recursos, tiempo y dedicación en ello. Sus tiendas preferidas son los hipermercados, supermercados y outlet.
Según este análisis, el tercer tipo sería el comprador virtual, que lo tiene todo controlado desde su smartphone. La compra, la comida, la ropa, los regalos de aniversario… Se desenvuelve con soltura en el mundo online. Han eliminado todo lo que no es digital. Son personas curiosas, siempre al día y que miran constantemente al futuro.
También los hay que son víctimas de la moda, sin importar si es útil o no lo que está comprando. Lo más importante es que sea un producto/lugar/servicio lo más a la moda posible. Suelen ser personas con una personalidad fácilmente influenciable, materialistas y con necesidad de impresionar.
En línea con el consumidor que valora cada vez más la sostenibilidad, esta empresa establece la categoría del comprador Kilómetro cero. Son aquellos que se comprometen a comprar únicamente productos de bajo impacto medioambiental, con una cadena de suministro certificada y un embalaje sostenible. Es decir, productos que respetan al medioambiente. Se trata de consumidores con una fuerte conciencia ecológica, preocupados por las consecuencias de los productos en su salud. Suelen estar informados, ser vegetarianos o veganos y preocuparse por el futuro del planeta.
El penúltimo tipo de consumidor sería el compulsivo, que compra por definición. No pueden resistir el impulso irrefrenable de comprar y son incapaces de ponerse límites. Son consumidores que sufren de compras compulsivas y que compran para sentirse bien, por la emoción del momento y luego se arrepienten de lo que han comprado.
Por último, Tiendeo identifica al consumidor de la vieja escuela. Se trata de un consumidor fiel a sus costumbres, al que le gustan especialmente los comercios locales y todo lo que representan: el contacto directo entre cliente y comerciante, la rutina, el asesoramiento sobre los productos, la posibilidad de probar y tocar los productos. Es el perfil de cliente que siempre tiene su barra de pan reservada en la panadería, al que en la pescadería le esperan todos los martes. Nunca ha hecho una compra por Internet y, a no ser que sea imprescindible, prefiere seguir haciendo sus compras en los comercios locales. Para él, el momento de la compra es una oportunidad de diálogo y comparación, de intercambio y conocimiento.