Carlsberg ha estimado que sufrirá una caída del 8,9% de su beneficio operativo en el primer semestre del año, así como un descenso del 11,6% de los ingresos orgánicos debido al impacto del coronavirus en su actividad.
En concreto, en el segundo trimestre, Carlsberg calcula que sus ventas han caído un 14,6% en términos orgánicos, mientras que los volúmenes comercializados se redujeron un 7,8%. A este respecto, explica que la región de Europa Occidental tuvo un comienzo de segundo trimestre muy difícil, pero “vimos una mejora del desempeño hacia el final del trimestre debido a la reapertura gradual del canal comercial y la consecuente renovación de stocks en muchos mercados, así como por el buen tiempo del mes de junio».
Por su parte, en Asia, el negocio en China ha vivido un “rebote” en el segundo trimestre y los beneficios mejoraron significativamente debido a la reducción de los costes y a que se aplazaron muchas acciones de marketing al segundo semestre, mientras que en otros países del continente las ventas se vieron lastradas por los confinamientos, especialmente en India y Nepal.
El pasado mes de abril, Carlsberg suspendió sus previsiones anuales debido al aumento de la incertidumbre sobre el impacto de la pandemia de coronavirus en su negocio. Aunque se están levantando las restricciones en numerosos países, la compañía sigue considerando que la evolución de sus ventas durante los próximos meses está sujeta a una elevada volatilidad por lo que ha decidido mantener en suspenso sus previsiones para 2020.