Grupo Rioja recupera la presencia de una de las firmas más notorias de la Denominación de Origen, Marqués de Cáceres, a la que perteneció hasta 2015. Esta nueva andadura coincide con un cambio generacional en la dirección general de la compañía en la persona de David Losantos.
Grupo Rioja suma así un miembro a la asociación bodeguera más importante de Rioja, formada por 58 firmas repartidas por las tres comunidades autónomas que integran la Denominación, donde representan más del 75% del valor de la comercialización. Sus bodegas compran uva, de forma directa e indirecta, a más de 11.000 viticultores y emplean a casi 3.000 personas en la zona de producción, constituyendo la base del tejido social y económico de la Denominación de Origen Calificada Rioja.
Por su parte, cinco generaciones forjan el carácter familiar de Marqués de Cáceres, ya que Enrique Forner fundó la bodega en 1970 tras crecer en el negocio que su abuelo y su padre crearon en Valencia, en 1920, dedicado a la producción, comercialización y exportación de vinos. La Guerra Civil lo llevó a Francia, donde aprendió todos los secretos de la elaboración de Burdeos y fue propietario de dos Chateaux. De vuelta en España, eligió la localidad riojana de Cenicero para fusionar su larga experiencia con los mejores terroir y viñedos de La Rioja Alta.
Enrique Forner revolucionó el concepto de Rioja con un modelo empresarial enfocado a la calidad aplicando las técnicas aprendidas en Burdeos: control de viñedos, selección de uvas, elaboración en frío para extraer los aromas primarios, crianza en roble francés, nuevo y seminuevo, y largos afinados en botella para potenciar las virtudes del Tempranillo en Rioja. Es decir, para obtener finura y elegancia.
Su filosofía, asegura la bodega, perdura en la actualidad con su hija al frente, que ha consolidado la internacionalización hasta estar presente en 120 países y ha impulsado la inversión en innovación y tecnología, enfocada exclusivamente a la calidad y ajena a modas pasajeras.