Agricultores y ganaderos de toda España están preparándose para hacer una poderosa declaración en contra de los desafíos que enfrenta su industria. El próximo martes 5 de septiembre, en un acto de protesta que resonará en la Unión Europea, se concentrarán ante los ministros de agricultura en Córdoba, exigiendo un cambio en las políticas y un trato justo para el sector.
La convocatoria para esta manifestación masiva proviene de cuatro importantes organizaciones agrarias: Asaja, COAG, UPA y Cooperativas Agroalimentarias. Estas organizaciones han unido fuerzas debido a la creciente «situación de indefensión» en la que se encuentran los agricultores y ganaderos españoles. El sector se siente bajo constante asedio debido a las políticas provenientes de Bruselas y a la falta de apoyo para proteger sus intereses.
Los agricultores y ganaderos pretenden hacer oír sus voces en contra de las políticas que perjudican a sus labores cotidianas y ponen en peligro la seguridad alimentaria del país. Una de las principales demandas que estas organizaciones presentarán ante los ministros de la UE es la igualdad de condiciones. Los agricultores españoles buscan que las producciones provenientes de terceros países cumplan con los mismos estándares laborales, sanitarios y de control en las fronteras que se exigen dentro de la Unión Europea. En palabras de los representantes agrarios, el campo español simplemente busca «tener el mismo trato que reciben terceros países».
La situación actual es desalentadora para el sector agropecuario en España. Los costes de producción están en alza, la falta de mano de obra es preocupante, los requisitos laborales han aumentado y las importaciones no son recíprocas en términos de condiciones y estándares. Incluso la Ley de la Cadena Alimentaria, destinada a regular la relación entre productores y distribuidores, no ha logrado resolver los problemas fundamentales debido a la falta de recursos adecuados para garantizar precios justos.
La reforma de la Política Agrícola Común (PAC) aprobada en Bruselas ha sido otra fuente de preocupación para los agricultores y ganaderos. Consideran que la reforma está desenfocada y desconectada de la realidad, exigiendo más con menos recursos. Esto ha llevado a un aumento significativo en la burocracia y a la imposición de nuevas obligaciones sin base científica sólida, lo que resulta en costes más altos y producciones más bajas.
En última instancia, lo que los agricultores y ganaderos están buscando es un cambio en la perspectiva de la Unión Europea. Quieren que la alimentación sea considerada una «máxima prioridad» y que se proteja y apoye a los productores locales. Para garantizar la soberanía alimentaria en Europa, es esencial preservar el tejido productivo conformado por los agricultores y ganaderos. Su función crucial en la seguridad alimentaria, tanto en cantidad como en calidad, merece ser reconocida y respaldada.