Los jóvenes están profundamente comprometidos con el mundo que les rodea y quieren ser protagonistas del cambio. Así lo confirma una encuesta realizada por la Asociación Nacional de Fabricantes de Envases de Vidrio (Anfevi), que revela el 96% de los jóvenes españoles está convencido de que puede influir en un futuro más sostenible.
De hecho, sus hábitos cotidianos son los que verdaderamente marcan la diferencia, y es que el 95% afirma reciclar habitualmente sus envases usados. Además, el compromiso va más allá del reciclaje. Más del 70% de los encuestados estaría dispuesto a pagar más por un producto si su envase fuera más sostenible. A este grupo se suma otro 24% que, aunque reconoce no poder permitírselo por motivos económicos, expresa claramente su voluntad de hacerlo.
Esta tendencia también se refleja en sus decisiones de compra diarias: siete de cada 10 de los jóvenes asegura elegir con frecuencia productos envasados en vidrio en el supermercado y prefiere que le sirvan la bebida en botella de vidrio en bares y restaurantes.
“La mayoría de los jóvenes españoles lo tiene claro: no son de cristal, son de vidrio. Transparentes, firmes y sostenibles. Esta generación valora el equilibrio vital, habla abiertamente de salud mental y se implica de forma activa en causas sociales y medioambientales. Como el vidrio, protege lo que importa”, afirma Karen Davies, Secretaria General de Anfevi.
El vidrio, símbolo de transformación con propósito
En 2024, la industria del vidrio en España ha suministrado más de 8.000 millones de envases, 100% reciclables y reutilizables, al sector alimentario, y ha superado por primera vez la incorporación de un millón de toneladas de vidrio reciclado, para crear nuevos envases igual de reciclables que la primera vez. Y es que, España ha alcanzado una tasa de reciclaje de vidrio en 2024 del 71,1%, superando ya durante dos años el objetivo del 70% fijado por la Unión Europea para 2025.
Este hito no solo consolida la economía circular del sector, sino que ha permitido fabricar nuevos envases con menor consumo de materias primas vírgenes, reducción significativa de emisiones de CO₂ y ahorro energético, gracias al uso creciente de material reciclado en los hornos. Todo ello avanza hacia un modelo de producción basado en el ecodiseño, la descarbonización y el uso de fuentes de energía más limpias, sentando las bases de una industria más eficiente y sostenible.