La tasa de reciclado de envases de aluminio previsto por la Unión Europea para el 2030 es del 60%, una cifra que España espera superar ampliamente, ya que en 2019 la tasa era del 50%, objetivo de la UE para el año 2025.
Un estudio encargado a Virtus por Arpal y la Asociación de Latas de Bebidas, realizado en colaboración con Asplarsem, Aeversu y Ecoembes, asegura que España cumplirá con ese objetivo “implantando una serie de medidas que además son rentables económicamente. El alto valor de este material permitiría recuperar las inversiones necesarias en unos plazos muy cortos, que se sitúan alrededor de los cinco años”.
La medida más eficaz es incrementar las campañas de sensibilización para que el ciudadano participe más a menudo en la recogida selectiva municipal llevando sus envases y embalajes de aluminio al contenedor amarillo. Este hábito ambiental asegura que sean separados para su reciclado.
Otras medidas identificadas en el estudio consisten en modificaciones industriales en las plantas de selección de residuos (tanto manuales como automáticas), en las plantas de valorización energética y en las plantas de selección de envases ligeros. La ampliación y mejora de los separadores de Foucault existentes en dichas instalaciones, permiten incrementar la recuperación de envases de aluminio, así como obtener un retorno económico en plazos que rondan los cinco años, dependiendo del volumen de tratamiento. También se identifican oportunidades con otras tecnologías como los separadores de infrarrojos o Rayos-X.
Por último, evitar el vertido directo de los residuos haciendo que estos sean tratados, además de una exigencia legal, es otro factor que incrementaría la recuperación de envases de aluminio para su reciclado. Ello requeriría la construcción de nuevas plantas o la ampliación de las ya existentes.
Según el estudio, casi 15.000 toneladas de envases domésticos de aluminio podrían recuperarse para su reciclado, mediante mejoras en las instalaciones existentes.
Juan Ramón Meléndez, director de la Asociación de Latas de Bebidas, comenta que “no es frecuente que medidas positivas para el medio ambiente sean también rentables económicamente. Por lo general, economía y medio ambiente suelen ser conceptos contrapuestos, sin embargo, en nuestro caso van de la mano. Ello demuestra que el envase de aluminio es un perfecto ejemplo de economía circular”.