Si bien de manera no oficial se preveía una gran cosecha de aceituna de mesa, Asaja señala ahora que con problemas de agostado debido a la falta de agua y a las altas temperaturas, se espera una cosecha ligeramente inferior a la media 2010-19. De hecho, si bien será superior a la pasada, que fue la más baja de los últimos diez años, no solamente estará ligeramente por debajo de la media, sino que será la segunda más baja de las últimas ocho. Así, el aforo estima que la producción nacional de aceituna de mesa de la campaña 2020/21 será de 546.000 toneladas.
El último informe de la Interprofesional de la Aceituna de Mesa (Interaceituna) refleja que ya se empiezan a observar síntomas de agostamiento en parcelas de secano y problemas por la falta de agua en los riegos deficitarios e indica que la cosecha final estará enormemente condicionada por la evolución climática.
Asimismo, los datos recopilados por la organización interprofesional tras las visitas de campo indican que se producirá un incremento en la producción de la variedad manzanilla que, tras la pésima cosecha de 2019, recupera sus producciones habituales y tendrá una cosecha superior a la media. Sin embargo, en el resto de variedades (gordal, hojiblanca, cacereña, carrasqueña y otras) la producción será inferior o muy inferior a la media.
Estimación por variedades
Respecto a la aceituna manzanilla, el aforo destaca una alta y homogénea producción en las comarcas de Sevilla y Huelva excepto en la zona de influencia Arahal-Morón, donde la producción es más corta e irregular. La cosecha viene adelantada en las zonas más tempranas y en las parcelas más descargadas. Interaceituna estima que de esta variedad se recolectarán este año en España 211.000 toneladas.
La variedad gordal viene también adelantada. Los frutos presentan una buena calidad comercial, con poco pelotín y sólo un 10 o un 15% de azofairón. El aforo de Interaceituna estima que la cosecha de gordal será inferior a la media y la fija en 34.000 toneladas.
En cuanto a la hojiblanca, la alta producción de la cosecha pasada y las anteriores han propiciado la vecería en los olivos, disminuyendo por ello la producción potencial. Los frutos vienen adelantados y con calibre, especialmente en las explotaciones jóvenes. La tormenta del pasado 11 de agosto afectó a más de 3.000 hectáreas de esta variedad del término de Estepa y algunos municipios de la comarca, que no van a poder verdearse. Asaja-Sevilla estima que se han perdido en torno a 7.000 toneladas. Además, el informe de Interaceituna señala que se observan parcelas con inicio de agostado que podrían recuperarse si se adelantan las lluvias otoñales y apuntan a una cosecha de hojiblanca de 247.000 toneladas.
Respecto a las variedades de aceitunas extremeñas, la cacereña y la carrasqueña, la vecería negativa hace que caiga también la producción prevista para esta campaña, siendo más acusada la pérdida de producción respecto a la media de las cosechas 2010-2019 en la variedad cacereña. Ambas variedades registrarán la peor cosecha de la última década.
Una campaña atípica
En opinión de Asaja-Sevilla el sector afronta la campaña del verdeo con cierto optimismo, aunque también con incertidumbre, puesto que “nos encontramos ante una campaña con menor cosecha, stocks más bajos, precios firmes y apetencia de compra”.
Entre las razones que alientan a ser optimistas destaca, además de que la producción será menor a lo que se pensaba, que “en los últimos meses el consumo de aceitunas se ha estabilizado en unas 48.000 toneladas mensuales. Esto significará que los stocks de enlace se situarán entorno a las 312.000 toneladas, los más bajos de los últimos cinco años. A esto se suma que a día de hoy hay ganas de comprar aceitunas y a precios similares o ligeramente superiores a los del año pasado”.
No obstante, “se trata de una campaña muy atípica, que estará marcada por el Covid-19 y por toda la batería de medidas para hacerle frente con carácter preventivo, lo que puede ralentizar la recolección y sin duda incrementará los costes de las explotaciones, que tendrán que elaborar un plan de contingencia específico, lo que deberán tener muy en cuenta los agricultores a la hora de fijar precio a sus producciones”, añade la organización agraria.