Más de siete de cada 10 españoles, el 72%, está a favor de la eliminación del plástico de un solo uso, según las conclusiones del estudio de Ipsos “Un mundo de usar y tirar”, que analiza el reto actual de los envases y residuos de plásticos y en el que han participado 28 países del mundo y que revela que la opinión española ante esta situación es muy similar a la media mundial.
Y es que, el 71% de los consumidores de todo el mundo cree que los productos de plástico de un solo uso deberían prohibirse lo antes posible. Sin embargo, está es una prohibición con bajos niveles de aprobación en potencias mundiales como Estados Unidos en donde solo el 57% está a favor de tal medida.
El compromiso mundial para reducir los plásticos de un solo uso ha aumentado en los últimos años con la aprobación de medidas por parte de administraciones y gobiernos. El Parlamento Europeo aprobó en 2018, la prohibición en el mercado de la Unión Europea de productos de plástico de un solo uso tales como cubiertos, bastoncitos de algodón, platos o pajitas a partir de 2021.
Por otro lado, el 80% de los ciudadanos a nivel mundial dice que los fabricantes deberían estar obligados a contribuir con el reciclaje y la reutilización de los envases que producen. Asimismo, tres de cada cuatro consumidores mundiales (75%) afirman que quieren comprar productos con el menor número de envases de plásticos posible, una cifra que se eleva al 81% en Gran Bretaña, Hungría y Perú y al 86% en Serbia. En España son ya casi ocho de cada 10 los consumidores de acuerdo con este compromiso.
Además, los consumidores están cambiando sus hábitos de compra con el objetivo de disminuir la cantidad de productos sobreenvasados que usan a diario. En España, el 63% estaría dispuesto a cambiar el lugar donde compra si eso supone utilizar menos plásticos. Sin embargo, esta cifra cae por debajo del 60% en muchos de los países desarrollados, en Estados Unidos o en Suecia la proporción de personas dispuestas a cambiar su rutina de compra habitual se sitúa en el 49% y 50% respectivamente, y un tercio no está dispuesto a cambiar.
Aunque estos datos deben enmarcarse en las circunstancias de cada país, en el caso de Estados Unidos probablemente se debe a que realmente los ciudadanos no tienen otras opciones donde elegir comprar, mientras que los suecos se encuentran con unas políticas de control de plásticos muy parecidas en todos los establecimientos, por lo que un cambio no aportaría grandes diferencias.
Otra de las conclusiones del informe de Ipsos es que los consumidores premian a las marcas que están atendiendo estas necesidades medioambientales en sus políticas de empresa. Los españoles están por encima de la media y el 76% afirma sentirse mejor con las marcas que están haciendo cambios para sustituir el plástico en el día a día.
Reciclaje de residuos domésticos
Sin embargo, a pesar de que los ciudadanos son cada vez más conscientes del modelo insostenible del “usar y tirar” y están cambiando su percepción sobre los plásticos, todavía existe cierto grado de desconocimiento sobre el reciclaje de este material y sus límites. Destacan los británicos como los más conscientes de que no todos los plásticos pueden reciclarse, solo el 24% cree que sí. Mientras que en países como Polonia (67%), Serbia (69%) y Perú (74%), una amplia mayoría cree, erróneamente, que todos los plásticos son reciclables. En España, también son más de la mitad (58%) los que creen en esta falsa afirmación.
Las normas sobre la forma correcta de reciclar tampoco están claras para todos, solo el 53% afirma tener claras las normas de clasificación de residuos domésticos de su ciudad. En Europa, solo seis de cada 10 consumidores españoles dice que las normas de reciclaje de los residuos domésticos son claras en su ciudad, situándose en séptima posición. Los últimos puestos son para serbios (22%), húngaros (50%) y polacos (57%) y en los primeros se encuentran belgas (72%), alemanes (70%) y suecos (69%).
Por otro lado, los españoles se encuentran también entre los europeos más insatisfechos con el servicio de reciclaje de los residuos domésticos. En la mayoría de los países emergentes encuestados, los niveles de satisfacción están por debajo del 50% mientras que los más satisfechos son los suecos (70%).