Los precios mundiales de los alimentos subieron en octubre por primera vez en cinco meses, ya que las cotizaciones internacionales del azúcar y de los principales cereales aumentaron en forma significativa, según revela el índice de precios de los alimentos de la FAO, que alcanzó en octubre una media de 172,7 puntos, un 1,7% más que el mes anterior y un 6% más respecto a octubre de 2018.
En concreto, el índice de precios de los cereales aumentó un 4,2% en octubre, ya que los precios de exportación del trigo y el maíz subieron notablemente debido a la reducción de las perspectivas de las cosechas en varios de los principales países productores y a la dinámica actividad comercial. Por el contrario, los precios del arroz bajaron, lastrados por la debilidad de la demanda y las perspectivas de una abundante cosecha de basmati.
Por su parte, el índice de precios del azúcar subió un 5,8%, en medio de las previsiones de suministros mucho más escasos el próximo año, debido sobre todo a las grandes reducciones previstas en la producción de azúcar en la India y Tailandia, respectivamente el mayor productor de azúcar del mundo y el mayor exportador.
También hubo una subida del índice de precios de aceites vegetales: un 0,5%, hasta alcanzar su nivel más alto en más de un año. Los precios del aceite de palma se vieron favorecidos por la nueva normativa sobre el biodiésel en Indonesia, así como por la fuerte demanda de importaciones y la esperada ralentización del crecimiento de la producción, mientras que los del aceite de girasol cayeron tras las abundantes cosechas en la región del Mar Negro.
En cuanto al índice de precios de la carne, aumentó un 0,9%, impulsado por una mayor demanda de importación de carne de bovino y ovino, especialmente de China. Los precios de la carne de cerdo crecieron moderadamente, mientras que los de la carne de aves de corral bajaron debido a las mayores disponibilidades de exportación.
Por último, el índice de precios de los productos lácteos bajó un 0,7% en octubre, debido a que la marcada reducción de los precios del queso compensó con creces los aumentos de la leche desnatada y la leche entera en polvo.