La ingesta de brócoli ha aumentado un 10% durante la última campaña, gracias a factores como el repunte que ha supuesto la demanda de esta verdura durante el verano por parte de consumidores nacionales y, sobre todo, extranjeros procedentes de países que lo toman a menudo y que viajaron a España en los meses estivales.
En concreto, la Asociación sin ánimo de lucro +Brócoli ha señalado que la temporada pasada ha sido “positiva” para el brócoli, aunque los beneficios para los productores no han sido “demasiado destacados” por la falta del agua. “A nivel climatológico, el verano ha sido muy duro, pero los precios se han mantenido, la demanda ha sido alta y la calidad buena, por lo general”, valora Javier Bernabéu, secretario de la entidad.
Las heladas, que tuvieron una “importante y peligrosa” presencia entre diciembre de 2016 y enero de 2017, pudieron superarse y la producción ha rendido de manera “correcta”, según Bernabéu, que señala también que la alternaria, uno de los mayores patógenos de las plantas, no ha tenido “mucha incidencia”.
“Ello tiene, a su vez, una lectura negativa, ya que, el que no se haya producido podredumbre a causa de este hongo ascomiceto, al no haber llovido, también significa que no va a haber bastante agua para la temporada que empieza”, señalan desde la Asociación.
Por su parte, el área de cultivo ha aumentado en cerca de 1.000 hectáreas, como lleva haciéndolo anualmente desde los últimos 40 años, gracias también a este repunte de crecimiento de consumo. Aunque “el rendimiento de estos cultivos en la temporada que empieza dependerá de que haya agua o no, lo que provoca sequías”, como recalca el secretario de +Brócoli.
Respecto a la exportación de brócoli español, ésta se mantiene estable, ocupando cerca del 90% de la producción anual, aunque se prevé que pueda crecer, a pesar de la incertidumbre que provoca el Brexit para la verdura destinada a uno de sus principales países consumidores, Reino Unido, y el veto de Rusia a los productos provenientes del exterior, recalca +Brócoli.