La Junta de Andalucía ha aprobado el Decreto de Artesanía Alimentaria, una nueva normativa que mejorará la renta de 6.000 pequeños productores en Andalucía.
Presenta un marco legal que ofrece a las explotaciones familiares más facilidades para mejorar sus expectativas de mercado y les permite realizar la transformación de las materias primas sin necesidad de intermediarios.
También podrán beneficiarse de las novedades introducidas por el Decreto las empresas agroalimentarias de menos de 10 trabajadores, las secciones de cooperativas agrarias que cumplan con los requisitos establecidos y la repostería de convento, que cuenta con un reconocimiento especial en la norma.
A través de esta norma se consigue además dotar de un mayor valor añadido a los productos y, por tanto, a las empresas que los elaboran, potenciando así la competitividad de las explotaciones de pequeño tamaño frente a las grandes cadenas y promoviendo la fijación del territorio a las zonas rurales donde se ubican.
Asimismo, el texto abre al sector artesanal las puertas de la venta directa a través de canal cortos como, por ejemplo, los mercados tradicionales o la venta on line, donde se comercializan estos alimentos identificados con un distintivo específico, ‘Artesanía Alimentaria’. Este sello avala que los productos que lo ostentan cumplen unos requisitos específicos de calidad y que tanto su elaboración artesanal como los demás procesos de la cadena de comercialización por los que deben atravesar los alimentos hasta distribuirse, respetan el medio ambiente.
En cuanto a los sectores a los que afecta de forma más directa la nueva norma andaluza, destaca actualmente la elaboración de quesos de granja y de miel artesana, si bien se prevé el desarrollo de normas técnicas de producción para diferentes derivados lácteos -quesos, cuajadas, postres y yogures-, mermeladas, avinagrados, adobados, salmueras, encurtidos, salados, sal marina, bollería, pastelería de convento, pescados, crustáceos y moluscos.