El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rías Baixas concluyó la vendimia con la cosecha más elevada de la historia: 41.787.783 kilos de uva recogidos en las 3.966 hectáreas, según los datos aportados por el órgano de Control y Certificación del Consejo.
Los trabajos de recogida se presentaban este año adelantados, debido a las buenas condiciones climatológicas. Una primavera muy cálida y seca, con temperaturas elevadas permitió una magnífica floración y cuajado del fruto. Hechos que se traducen en un índice de fertilidad muy elevado, como muestran los datos de campaña.
El órgano de Certificación y Control ha destacado que las buenas condiciones meteorológicas durante el periodo de vendimia han permitido que ésta pudiera dilatarse en el tiempo todo lo necesario, puesto que todas las labores se realizan a mano en esta denominación, y que transcurriera de forma selectiva y ordenada, registrando la uva un excelente estado fitosanitario en su entrada a bodega, en las que se detectaron un buen grado alcohólico y una acidez equilibrada.
De esta forma, los 6.618 viticultores participantes en la vendimia pudieron esperar el tiempo necesario hasta alcanzar la maduración óptima de cada parcela, buscando el momento idóneo, tanto desde el punto de vista vegetativo como sanitario, para la recogida del fruto, cuya abundancia ha permitido que las 179 bodegas hayan agotado su capacidad de almacenaje.“La profesionalización de los trabajos del viñedo es fundamental para el resultado final de los vinos en Rías Baixas, por eso, tanto bodegas como viticultores están asesorados en todo momento por los técnicos de campo de las diferentes empresas, por consultoras especializadas o, incluso por el departamento técnico de este Consejo Regulador” añadió el jefe del órgano de Certificación y Control, Agustín Lago.
Los 76 técnicos habilitados como veedores por la Consellería do Medio Rural, junto a otros 5 veedores pertenecientes al órgano de Control y Certificación, fueron los encargados de supervisar la entrada de uva en las bodegas, los transportes de uva o mosto entre subzonas y la vendimia en fincas. Un total de 81 veedores que controlaron en las bodegas el peso de las uvas, garantizando que el rendimiento de producción máxima de uva por hectárea no exceda de lo establecido por el Consejo Regulador.