Los países de Iberoamérica son los grandes protagonistas del Global Retail Devolopment Index (GRDI) 2011, un estudio anual elaborado por la consultora estratégica A.T. Kearney que ayuda a los grupos de distribución a priorizar sus estrategias de desarrollo internacional mediante la identificación de los países emergentes más atractivos tanto hoy como de cara al futuro.
Iberoamérica ha dado un gran salto este año, gracias a su continuo crecimiento económico y a su relativa novedad frente a otros mercados en este ámbito. Estas son algunas de las principales conclusiones de la décima edición del GRDI.
Los países sudamericanos, con un crecimiento anual del PIB del 6% en 2010, han superado la recesión mejor que otras muchas regiones. También se benefician de una abundancia de recursos naturales, un clima de negocios cada vez más favorable y diversificado, una gran disponibilidad de mano de obra y relaciones comerciales estables con gran número de países, desde China hasta Irán. Además del primer puesto de Brasil, otros tres países de América del Sur (Uruguay, Chile y Perú) se posicionan en el grupo de los diez países más atractivos para la inversión minorista.
Los diez países que encabezan el ranking de 2011 son: Brasil, Uruguay, Chile, India, Kuwait, China, Arabia Saudí, Perú, Emiratos árabes y Turquía.
“Brasil es un mercado con unas excelentes perspectivas, con un crecimiento esperado del PIB del 5% anual en los próximos cinco años, una gran población urbana y, sobre todo, un importante incremento del consumo”, señala José Ignacio Nieto, Vicepresidente de A.T. Kearney y líder del área de Gran Consumo y Distribución en España y Portugal. “Además, se espera que los preparativos con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos y el Mundial de Fútbol sumen una inversión de más de 50 mil millones de dólares, lo que contribuirá a dinamizar aún más su economía”.
Uruguay, que ocupó el octavo lugar en 2010, se coloca en la segunda posición del ranking este año, en parte gracias al crecimiento del vecino Brasil. El tamaño del país y sus condiciones macroeconómicas le convierten en una opción atractiva para los distribuidores que buscan un entorno más manejable para poner a prueba nuevos conceptos antes de abordar otros países de la región.
Chile se sitúa en el tercer puesto del GRDI de este año tras recuperarse de la recesión de 2009. Actualmente, es considerado como uno de los mercados más competitivos de Iberoamérica. Además, su gobierno ha creado incentivos para estimular el consumo, lo que ha contribuido a un crecimiento del PIB del 5,2% en 2010 y una previsión de crecimiento del 6,1% para este año.
En cuanto a Oriente Medio y el Norte de áfrica (MENA), el GRDI mide el potencial a largo plazo y, bajo esta óptica, la región presenta numerosos indicadores de signo prometedor. Se ha recuperado con rapidez de la recesión, la confianza de los consumidores aumenta, la mayoría de países incluidos en el índice espera crecimientos del PIB entre 3 y 5%, cuentan con un nivel de renta disponible relativamente elevado, su población es joven, la clase media no para de crecer, y sus consumidores están cada vez más “conectados”.
La situación de España invitaría a pensar en la internacionalización como mecanismo de crecimiento natural ante un mercado interior con bajas tasas de consumo, un reducido nivel de confianza por parte de los consumidores y un nivel de desempleo en record histórico. Sin embargo observamos que, en el entorno alimentario, el panorama no ha variado mucho respecto a años anteriores ya que nuestros operadores de mayor tamaño (Mercadona, El Corte Inglés, Eroski) siguen sin abordar la aventura internacional. Es cierto que el grupo El Corte Inglés sí que tiene varias experiencias internacionales (sobre todo, Viajes El Corte Inglés y Sfera), pero su formato estrella -el gran almacén- se encuentra presente únicamente en España y Portugal. Cuando estos operadores decidan dar el paso, deberán tener en cuenta los elementos que determinan el éxito de un proceso de internacionalización, entre ellos la identificación temprana de la oportunidad, la gestión de la cartera tanto de países como de formas de entrada, la experiencia acumulada y la capacidad de establecer alianzas con socios locales.