Un informe de la Comisión Europea demuestra las limitaciones que existen en la actualidad a la hora de evaluar las consecuencias socioeconómicas del cultivo de organismos modificados genéticamente (OMG) en la Unión Europea.
En concreto, este informe, destinado al Parlamento Europeo y al Consejo, que se basa en información proporcionada principalmente por los Estados miembros, revela que la información existente está, en muchos casos, limitada desde el punto de vista estadístico y que se basa a menudo en ideas preconcebidas sobre el cultivo de OMG.
En este informe, la Comisión también presenta un análisis de las dimensiones socioeconómicas del cultivo de OMG tal como se presenta en la literatura científica internacional y en las conclusiones de los proyectos de investigación financiados en el contexto del Programa Marco Europeo de Investigación.
John Dalli, comisario responsable de Salud y Política de Consumidores, ha declarado: «Con la publicación de este informe, la Comisión responde a una de las últimas peticiones pendientes realizadas por el Consejo de Medio Ambiente en diciembre de 2008. El documento se ha elaborado a partir de los datos y la información proporcionados por los Estados miembros. Creo firmemente que este informe abre una oportunidad: ahora corresponde a los Estados miembros, la Comisión, el Parlamento Europeo y todas las partes interesadas tomar buena nota de las constataciones del informe e iniciar un debate objetivo sobre el papel potencial de los factores socioeconómicos en la gestión del cultivo de OMG en la Unión Europea».
Debe reconocerse que, dado que la UE solamente representa una pequeña parte de la superficie mundial destinada a cultivos modificados genéticamente, la experiencia del cultivo de OMG en Europa es limitada. Por consiguiente, no resulta sorprendente que el volumen de información estadísticamente pertinente sobre las consecuencias socioeconómicas ex post del cultivo de OMG sea bastante limitado.
Los datos económicos específicos del caso europeo hacían referencia a estudios en los Estados miembros que tienen experiencia en el cultivo de plantas modificadas genéticamente tolerantes a los herbicidas (HT) o resistentes a las plagas (Bt). Estos estudios han mostrado que, cuando existe una elevada presión de las malas hierbas o las plagas, los agricultores que cultivan plantas HT y Bt modificadas genéticamente podían conseguir mayores rendimientos.
En el informe se realizaron comentarios significativos acerca de las consecuencias sociales y el impacto económico del cultivo de OMG en otras partes de la cadena alimentaria. Como complemento de la aportación de los Estados miembros, en el informe también se examina la literatura científica internacional existente sobre la dimensión social y económica del cultivo de OMG.