Las ventas de vino embotellado con D.O. La Mancha crecieron un 3,2 % en 2010, lo que supone un volumen total de 69,8 millones de litros (93.095.625 botellas de 75 centiilitros). De esta forma, queda reflejado un nuevo récord de ventas para esta Denominación de Origen.
Aunque todavía se está pendiente de cerrar el número exacto de las exportaciones de vinos embotellados, todo parece indicar que este año se ha producido un incremento en el mercado nacional, “lo que es extraordinariamente positivo teniendo en cuenta la situación de crisis que vive nuestro país y el continuo descenso del consumo que estamos experimentando desde hace años”, explican fuentes de la denominación.
Dicho incremento se percibe más en alimentación que en la restauración y, al margen del crecimiento en sí, es muy positivo que los últimos estudios resaltan que la percepción de la calidad de los vinos de La Mancha está mejorando entre los consumidores.
De hecho, el número total de contraetiquetas dispensadas por el Consejo Regulador “La Mancha” a lo largo del año 2010 fue de 55,5 millones, lo que supone un incremento del 8,5% con respecto a 2009, en el que se alcanzaron los 51,2 millones de botellas.
Frente a estos datos, los litros exportados a granel pasaron de 28,8 millones de litros en 2009 a 28,1 millones en 2010, lo que supone un descenso de 674.700 litros de una partida que afecta únicamente al mercado exterior y a un vino que deja menor valor añadido que el embotellado.
Por tipos de vino embotellado, se comercializaron 10,7 millones de botellas de vino joven (6,3% más que en 2009); 27,6 millones de botellas de tradicional (11,09% más que en 2009); 958.020 de vino envejecido en barrica (4,8% menos que en 2009); 10,5 millones de botellas de vino de crianza (31,3% más que en 2009); 4,3 millones de reserva (24,68 % menos que en 2009); 1,07 millones de gran reserva (9,75% menos que en 2009); y 169.500 botellas de espumoso, si bien, en este último concepto no todavía no están cerrados los datos del año.
En definitiva, son datos que constatan que las preferencias de los consumidores se encaminan cada vez más hacia vino jóvenes o con periodos de crianza no demasiado largos.
Por otro lado, en la última revisión de los registros y bodegas inscritas en el Consejo Regulador indica que el número total de hectáreas inscritas se ha reducido en un 5,12%, pasando de las 179.063 hectáreas. de enero de 2010 a las 169.900 de enero de 2011. También se ha producido un descenso en el número de bodegas, que han pasado de 276 a 256.
En principio, puede parecer paradójico que este descenso de hectáreas y bodegas acogidas coincida con un incremento en la comercialización de vinos con Denominación de Origen, pero en ambos casos tiene una explicación lógica, ya que, por un lado, los planes de arranque de viñedo de los últimos años han hecho que se eliminen cerca de 11.000 hectáreas de Airén y algunas otras de Garnacha y Moravia, mientras que se ha producido un incremento generalizado y porcentualmente muy alto en el resto de variedades, lo que incide en el criterio de diversificación varietal del que hoy puede presumir La Mancha más que cualquier otro lugar del mundo.