El Consejo Sectorial del Vino de Cooperativas Agro-alimentarias, en su reunión del pasado día 9, estimó unas previsiones de producción en España próximas a los 39 millones de hectólitros. Debido a la prolongación de las lluvias y los fríos de la pasada primavera, la brotación fue en general más tardía y ello se ha traducido en un retraso de entre 10 y 15 días en la maduración de la uva y el inicio de las vendimias.
Las vendimias en el sur están ya bastante avanzadas en todas las variedades; en la zona centro, se encuentran en pleno apogeo las variedades tintas y las blancas más precoces; en el nordeste de la península está avanzada la recolección de las variedades destinadas al cava y continuará por el resto de variedades (blancas y tintas) para vinos tranquilos. Mientras tanto, en la mitad norte, apenas ha comenzado la recolección, salvo en zonas muy puntuales y para algunas variedades blancas, dejando las tintas para finales de septiembre y octubre.
En cuanto a las estimaciones, las dos Castillas, Madrid, C. Valenciana y Murcia prevén mermas apreciables de producción, mientras que Andalucía, Cataluña, Galicia y Extremadura esperan ver incrementada su cosecha respecto al año pasado. El resto, salvo circunstancias especiales, experimentarán pocos cambios y obtendrán producciones con ligeras variaciones sobre la última campaña.
En cuanto a las existencias finales, aún no se dispone de los datos oficiales de las declaraciones obligatorias, cuyo plazo de presentación finalizó el pasado día 10, pero a tenor del incremento de los volúmenes exportados durante el primer semestre del año en curso, todo hace vaticinar un descenso apreciable en todas las categorías de vinos y bastante significativo en mostos.
Sin embargo, los precios continúan siendo bajos en origen, como consecuencia del reajuste de los mismos en los productos exportados para adaptarse a los mercados internacionales, como se sabe, muy competitivos. Esto repercute también en estos comienzos de vendimia en las cotizaciones de las uvas que se sitúan en niveles muy bajos en las zonas donde la vendimia está en marcha y con escasas perspectivas de mejorar.
Los mercados, tras el fracaso que resultó la contratación del segundo tramo extraordinario de la destilación de uso de boca en los últimos meses de la campaña anterior, ralentizaron el ritmo de las operaciones, con caída de los precios en vino. Por el contrario, en mostos se activaron las transacciones, incluso con animación de los precios, lo que ha supuesto una reducción importante de las existencias. En la actualidad existe un compás de espera, a la expectativa de cómo evolucionan las vendimias, tanto en producciones como en precios de las elaboraciones en las diferentes zonas.