El conejito de chocolate de Lindt, Gold Bunny, vuelve como cada año por Pascua para visitar más de 60 países y contagiar de ternura y tradición a millones de personas. Es uno de los iconos más preciados y tradicionales de la marca chocolatera Lindt, un auténtico best seller que vuelve cada año, en exclusiva para estas fechas.
Lindt fabrica desde hace casi 60 años, de la mano de los maestros chocolateros de la compañía, este artesanal producto. El proceso de fabricación es muy elaborado y precisa de 45 minutos para crear el icono más preciado de la marca.
Los maestros chocolateros vierten el chocolate Lindt en un molde Gold Bunny que luego se cierra cuidadosamente. Cuando el chocolate está listo, se separa el molde para vestir la figura con un delicado y fino papel dorado. Por último, se coloca el lazo rojo y el cascabel dorado, todo a mano, para convertirlo en el icono más tierno de Lindt.
El año pasado se degustaron más de 76 millones de Gold Bunnys por Pascua en todo el mundo.