Bodegas Carchelo lazan al mercado la primera añada de Muri Veteres 2016, que pretende que sea el “monastrell más elegante elaborado en Jumilla”.
Tal y como explica la bodega, los primeros pasos para su creación fueron clave con la elección de una parcela de ocho hectáreas preparada para este único fin; un viñedo de cepas viejas de 50 años al que desde entonces no se ha aportado ni un solo gramo de nutrientes, ni fitosanitario alguno, a fin de que sea sólo la tierra que lo soporta quien lo defina.
Ocho hectáreas de “viñedo heroico en secano rabioso” para 20 barricas de 225 litros, uvas claras y sueltas con óptima maduración, dan como resultado una bajísima producción y una masa foliar abundante, recolectadas en horas de temperaturas frescas con higiénicos y pequeños envases.
Todo el proceso es de carácter artesano y meticulosamente controlado. La fermentación se lleva a cabo en depósitos de madera de muy pequeño volumen (1500 kilogramos de uva). La segunda fermentación se efectúa en barricas de roble francés y, tras ella, por un tiempo superior a 12 meses de crianza, en barricas de calidad superior. Tras el embotellado, no verá la luz hasta alcanzado su punto óptimo. El corcho, de la máxima calidad garantiza la imposibilidad de encontrar ni una sola botella con TCA.
A través de su nombre, Muri Veteres hace honor a la antigüedad y al origen de la uva monastrell. Pero será su aroma y sabor lo que dará nombre a la nueva apuesta de la bodega jumillana.