España constituye uno de los primeros viñedos del mundo en extensión. Con casi un millón de hectáreas plantadas, las cerca de 4.000 bodegas españolas están en los primeros puestos de los rankings globales de producción y exportación de millones de hectolitros de vino. Sin embargo, un 15% mantienen un elevado riesgo de impago.
Así lo revelan los datos que ofrece Insight View en base a las cuentas financieras presentadas por el sector, que confirman la atomización y la competitividad basada en las ventas a granel en el mercado global, con precios y márgenes por debajo de algunos países de nuestro entorno.
De este modo, la facturación media de una bodega española apenas supera los tres millones de euros y los resultados medios se sitúan ligeramente por encima de los 180.000.
Un relevante 26% de las empresas del sector tiene más de 25 años pero prácticamente el 50% no existía antes de la crisis de 2008. A la juventud del sector se une una cierta atomización. Un relevante 55% está compuesto por microempresas y un 32% adicional por pequeñas empresas. Un 10% ha alcanzado la dimensión de mediana empresa y un 3% el de gran empresa. Además, el sector cuenta con más de 1.200 autónomos.
El sector presenta también una composición geográfica muy particular. Madrid, que lidera la composición territorial de infinidad de sectores, queda muy relegada frente a otras comunidades que generalmente carecen de protagonismo, como las dos Castillas. El 17% del sector se concentra en Cataluña, seguida de la Castilla y León (16%), Castilla – La Mancha (12%), País Vasco (9%), La Rioja (9%) y Galicia (9%).
De acuerdo con los cálculos en base a su información pública, señala Insight View, el sector presenta unos plazos medios de cobro de 80 días y paga a 126. Destaca el buen comportamiento del rating de riesgo en Extremadura. El peor se da en Madrid, Andalucía, Baleares y Canarias.