El consumo de queso ha aumentado en los últimos años en España. El sector estima que, según los datos de 2009, este consumo asciende aproximadamente a 8 kilogramos por persona y año. Estos datos proceden principalmente del consumo generado en el hogar y, en menor medida, del consumo que se produce en la hostelería y la restauración.
El aumento ha sido pequeño pero progresivo, lo que hace pensar que poco a poco la población percibe la importancia del queso en la dieta, aseguran fuentes de la Federación nacional de industrias lácteas (Fenil).
Esta percepción aumentará gracias a los resultados de un estudio que revelan los beneficios que se obtienen con el consumo de este producto. Así, consumir queso puede ayudar a mantener una dieta sana y equilibrada como confirma la doctora Rosa Mª Ortega, del departamente de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la UCM y miembro del Comité Asesor del Plan de Comunicación, Salud y Comunicación de Productos Lácteos.
Ortega considera que, basándose en los datos de los estudios llevados a cabo por Walther y col., el queso “tiene un efecto saciante asociado al consumo de un alimento rico en proteínas. Por ello, a igualdad de aporte energético, un consumo adecuado de lácteos puede favorecer notablemente el éxito de un programa de adelgazamiento”. Este dato echa por tierra la idea de que el queso, al ser un producto rico en grasas, no es beneficioso para aquellas personas que quieren cuidar su línea.
Además, se señala que el queso es una fuente importante de calcio, fósforo, zinc y magnesio que aportan diversos beneficios para la salud como prevenir las caries y cuidar la salud dental, así como ayudar a controlar la presión arterial y proteger a los huesos por su elevado aporte de calcio.