El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rías Baixas ha cerrado la vendimia de 2018 con 38,5 millones de kilogramos de uva, un 1,9% menos que en la campaña anterior. No obstante, destaca el magnífico estado sanitario y sus excelentes parámetros de calidad.
Así, Agustín Lago, director técnico del órgano de Control y Certificación del Consejo Regulador, asegura que “la estabilidad meteorológica de agosto y septiembre, con tiempo seco y soleado, permitió que la fase de envero se desarrollase de modo adecuado y que finalmente la uva se encontrase en muy buenas condiciones”.
En esta campaña de vendimia participaron 5.265 viticultores, que recogieron uva en 4.043 hectáreas, repartidas entre 21.722 parcelas, para 183 bodegas inscritas. El Consejo Regulador empleó el sistema de auditoría en el que trabajaron 25 auditores/veedores.
Las variedades blancas en esta denominación continúan siendo las mayoritarias, suponiendo un 99,1%. De ellas, la variedad autóctona Albariño es la reina con el 97% del total. Le siguen, en esta ocasión, la Caiño Blanco, la Treixadura y la Loureira.
Por su parte, las variedades tintas representan un 0,80% del total de la producción con 306.905 kilogramos de uva, en su mayoría recogida en la subzona del Condado do Tea. Las variedades mayoritarias son la Sousón, la Brancellao y la Caiño Tinto.
En cuanto a la distribución de la vendimia por subzonas, la de O Salnés mantiene su hegemonía con el 65% de la producción (superando los 25 millones de kilogramos de uva). Le siguen Condado do Tea con el 20% y O Rosal, con el 10%. El 5% restante se recogió en Ribeira do Ulla y Soutomaior.
Con estos más de 38,5 millones de kilogramos de uva se prevén elaborar unos 26 millones de litros de vino para atender la demanda de los vinos de la DO Rías Baixas en los mercados gallego, español e internacional.