El alza de la factura eléctrica registrada en los últimos meses amenaza con tensionar de forma significativa los resultados de la distribución comercial. De hecho, desde la Asociación Nacional de Grandes Empresas de la Distribución (Anged) se asegura que esta factura supone a día de hoy la mitad del beneficio de las empresas, siendo una de las rúbricas más importantes de los gastos de explotación.
En concreto, de mantenerse el alza de la factura eléctrica hasta final del año, el coste eléctrico de las empresas podría incrementarse más de un 10%, frente a un avance medio de las ventas de entre el 1,5% y el 2%.
Conscientes de su impacto sobre la cuenta de resultados y también de la problemática del cambio climático, las empresas de Anged han sido pioneras en impulsar medidas de eficiencia energética.
Las inversiones en luminarias de LED, climatización inteligente, aislamiento de tiendas, aprovechamiento de la luz natural y mejora de todos los sistemas de refrigeración han permitido a las cadenas de la distribución reducir de media un 16% su consumo energético en tan sólo cinco años, seis puntos más que la media del sector.
Con un estrecho margen para seguir optimizando el consumo, “un incremento considerable en la factura de la electricidad como el que estamos viviendo puede tensionar de forma significativa los márgenes, ya de por sí estrechos, de la distribución comercial”, aseguran fuentes de Anged.
El coste de la energía es un factor competitivo de primer orden para un país, sobre todo en aquellos más dependientes del exterior como es el caso de España. Sin embargo, los permanentes vaivenes de la regulación y los precios generan incertidumbre y obstáculos al crecimiento de la actividad empresarial.
Desde Anged aseguran que “en cuestiones como la energía, la fiscalidad, el mercado de trabajo, el modelo competencial autonómico, la educación o las pensiones necesitamos un entorno normativo seguro, estable y sencillo, construido sobre la base del entendimiento y una visión estratégica de futuro. De lo contrario será muy difícil abordar el profundo proceso de cambio tecnológico que vive hoy la economía global”.