La crisis ha modificado los hábitos de consumo de muchos españoles en el último año. Así, un 67% de los españoles señala gastar menos en ocio, en ropa y comprando marcas más baratas, frente al 33% que lo niega.
Los propios consumidores señalan que si la situación económica mejora, sólo seguirían intentando ahorrar en algunas cosas, como gastar menos en gas y electricidad (un 43%), en teléfono (un 36%); comprar marcas más baratas (el 36%), menos ropa (un 30%), y usar menos el coche (el 18%). Pero sólo un 14% dice que seguirían intentando ahorrar saliendo menos de casa, y un 4% en sus vacaciones anuales, a las que no se quiere renunciar en lo posible, según el estudio Global de los Consumidores Nielsen.
Este informe recoge también la opinión sobre la situación económica familiar para el próximo año: un 44% la califica de buena, cinco puntos más que el 39% de hace seis meses; un 40% dice que no tan buena, dos puntos menos que en el semestre anterior; y el 13% la señala como mala, un punto menos que en el estudio de abril.
Con este relativo optimismo, aumenta el porcentaje de los que creen que es buen momento para comprar cosas que se necesitan: un 37% dice que es bueno o excelente, ocho puntos más que hace seis meses; y el 19% opina que es mal momento, siete puntos menos que en el semestre anterior. Aunque siguen siendo mayoría, un 43%, los que dicen que no es muy buen momento, casi el mismo porcentaje que en abril de 2009.
Claro que no hay tanta alegría en los gastos previstos, pues una vez cubiertas las necesidades básicas para vivir, los españoles siguen opinando que destinarían el dinero sobrante sobre todo a ahorrar, citado por el 47%, dos puntos menos que en el primer semestre del 2009. Aumenta en cambio la intención de compra de vacaciones hasta el 36%, cinco puntos más que hace seis meses; ropa, un 26%, cuatro puntos más; y nuevas tecnologías, un 16%, tres puntos más. Y sigue muy alta la intención de destinar ese dinero a pagar las deudas y tarjetas de crédito, un 29%; así como un 12% señala que no le sobra ningún dinero una vez cubiertas sus necesidades básicas.