Ebro ha cerrado los primeros seis meses de 2018 con un beneficio neto de 76,3 millones de euros, lo que supone un 17,1% menos que en el mismo período de 2017. La facturación del grupo sube un 2,3%, hasta los 1.277,3 millones de euros, pese al efecto negativo de la bajada del tipo de cambio del dólar.
La deuda neta ha alcanzado los 732,2 millones de euros, 215 millones más que en el primer semestre del ejercicio anterior, tras la adquisición de la compañía de pasta fresca Bertagni por 145 millones de euros, la inversión de 14 millones de euros realizada en Francia para la instalación de la nueva sede social de Panzani, el importante incremento de circulante realizado en ambas divisiones para el abastecimiento de materia prima ante posibles situaciones adversas y las fuertes inversiones en crecimiento orgánico.
“Los resultados consolidados obtenidos por el grupo durante este primer semestre se han visto afectados fundamentalmente por la inflación de costes, (unos generales para todo el mercado y otros propios y extraordinarios), sufrida por el negocio arrocero norteamericano y las importantes inversiones acometidas para el desarrollo del plan de expansión del grupo”, asegura la compañía en un comunicado.
Así, en la categoría de arroces, la cifra de ventas se sitúa en 688,3 millones de euros y mientras que en el apartado de pastas alcanza los 617 millones de euros.