La Comisión Europea ha presentado su propuesta de reforma de la Política Agraria Común (PAC) para el periodo 2021-2027 que confirma las cifras de recortes que ya anunció la ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente hace unos días y que suponen que los agricultores españoles recibirán un 5,4% menos en ayudas que en el anterior presupuesto.
Concretamente, las ayudas directas se reducirían un 3,5% hasta los 33.841 millones de euros mientras que los programas de desarrollo rural un 15,3%, dejando su financiación en 7.008 millones de euros. Por otro lado, se dispondrían de 3.287 millones de euros adicionales en otras subvenciones.
A nivel general, la propuesta de Bruselas supone una rebaja en el conjunto de la UE del 5%. Así, el presupuesto comunitario planteado es de 365 000 millones de euros. Según ha destacado la Comisión Europa, “estas propuestas garantizan que la PAC siga siendo una política orientada al futuro, apoyando a los agricultores y a las comunidades rurales, guiando el desarrollo sostenible de la agricultura de la UE y reflejando la ambición de la UE en materia de protección medioambiental y de lucha contra el cambio climático”.
Asimismo, Bruselas propone dejar en manos de los Estados miembros la aplicación, gestión y control de la PAC a partir de unos objetivos y criterios comunes que serán evaluados en función de los resultados por la propia Comisión Europea. Los Estados miembros deberán desarrollar sus propios planes estratégicos donde se integren las intervenciones y operaciones para alcanzar los objetivos de la PAC adaptados a cada país o región.
Las medidas propuestas, intervenciones y acciones a desarrollar en los planes estratégicos, mantienen la estructura de la PAC en dos pilares, refuerzan el aspecto medioambiental y de cambio climático en los pagos directos desacoplados, que siguen siendo la medida estrella, mantienen los regímenes sectoriales existentes, e introducen la posibilidad de diseñar programas operativos similares al de las frutas y hortalizas a otros sectores si el Estado miembros así lo prevé.
Así, la nueva PAC ideada por Bruselas plantea un techo máximo de ayudas de 100.000 euros por explotación. Pretende así distribuir los pagos más equitativamente y favorecer a las pequeñas y medianas explotaciones. Además, eleva la ambición medioambiental: los Estados deberán emplear al menos el 30% de las asignaciones para desarrollo rural a medidas de este tipo. También contempla apoyo económico para los agricultores jóvenes para promover el relevo generacional en el campo.
Según ha destacado el comisario de Agricultura, Phil Hogan, “la propuesta responde al compromiso de la Comisión de modernizar y simplificar la política agrícola común, aportando una auténtica subsidiariedad para los Estados miembros, garantizando un sector agrícola europeo más resiliente, y elevando la ambición en materia climática y medioambiental de la política”.