La Unión Europea es el segundo mayor productor de miel del mundo con 237.549 toneladas, sólo por detrás de China, que produce 502.614 toneladas, según un informe del Parlamento Europeo.
Sin embargo, esta producción no cubre su propio consumo. De hecho, la UE importó en 2016 alrededor de 200.000 toneladas de este edulcorante natural, siendo el 40% de China.
Debido a los altos costes de producción, los apicultores de la UE apenas pueden competir con la miel importada. Además, las exportaciones de la UE son insignificantes comparadas con las importaciones. De media, un kilogramo de miel importada en la UE en 2016 costaba 2,23 euros, mientras que un kilogramo de este producto exportado de terceros países costaba 5,69 euros.
En la Unión Europea hay alrededor de 600.000 apicultores y 17 millones de colmenas. España es el principal productor, con más de 20.000 toneladas, seguido de Hungría, Alemania y Rumanía.
El sector apícola de la Unión Europea es pequeño, pero importante para la agricultura, la seguridad alimentaria y la biodiversidad, ya que las abejas polinizan cultivos y plantas salvajes.
Las enfermedades, la intensificación agrícola, la exposición a los productos químicos, así como la pérdida de hábitat de las abejas y las condiciones climáticas adversas amenazan la capacidad de producción de las colmenas.
El Parlamento Europeo pidió a la Comisión Europea y a los Estados miembros una mayor protección de las colonias de abejas e incrementar la financiación para apoyar a los apicultores. Además, reclamaron prohibir los pesticidas dañinos y medidas contra las importaciones de miel falsa.
La UE necesita una estrategia a largo plazo y de alcance para mejorar la salud de las abejas y favorecer la repoblación, señala el Parlamento en una resolución aprobada el jueves con 560 votos a favor, 27 en contra y 28 abstenciones.
Los eurodiputados plantean:
• un plan de acción a nivel comunitario para combatir la mortalidad de las abejas,
• programas de cría para reforzar su resistencia a especies invasoras como el ácaro Varroa destructor, la avispa asiática (Vespa velutina) y la loque americana,
• más investigación para desarrollar medicamentos innovadoras y ampliar su disponibilidad,
• prohibición de todos los pesticidas con efectos negativos científicamente probados sobre la salud de las abejas y puesta a disposición de los productores de alternativas seguras, y
• alertas anticipadas sobre los periodos de fumigación para evitar dañar a las abejas.
La UE también debe incrementar el presupuesto para programas nacionales de apoyo al sector un 50% y poner en marcha mecanismos específicos para asistir en los productores apícolas a partir de 2020, dicen los eurodiputados, que reclaman compensaciones en caso de pérdidas de colonias de abejas.
Las autoridades nacionales deben hacer más para informar al público, y especialmente a los niños, sobre los beneficios de la miel y los usos terapéuticos de otros productos apícolas.