Según el estudio científico ANIBES, coordinado por la Fundación Española de la Nutrición, el 25% de la población realiza un desayuno completo, el 37% lo hace de forma aceptable y el 38% realiza un desayuno incompleto.
Así se ha puesto de manifiesto durante la presentación del informe “Estado de situación sobre el desayuno en España” en el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (MSSSI) con motivo de la celebración ayer del Día Nacional del Desayuno.
En opinión de los expertos en nutrición y gastronomía reunidos, el desayuno, como primera comida del día, se considera una de las ingestas más importantes, ya que ayuda a reorganizar los cambios metabólicos sufridos durante la noche, aporta la energía y los nutrientes que el organismo necesita para empezar la jornada después de las horas de ayuno y, en muchas ocasiones, incluye el primer líquido ingerido del día, por lo que contribuye también a mantener un estado de hidratación correcto.
Sin embargo, el desayuno “incompleto” tiene una gran prevalencia en todos los grupos de edad, principalmente en adultos con un 39%, seguido de adolescentes y adultos mayores, con un 35%, y menor proporción en niños con un 22%. El grupo de niños es el que mayor porcentaje obtiene de desayuno “aceptable” con un 54%, pero el menor porcentaje de “completo” (24%) frente a otros grupos de población. Un desayuno completo, de acuerdo con la metodología del Estudio ANIBES, se caracteriza por tener energía y variedad suficiente (igual o más del 20% de la energía total diaria que se necesita y al menos tres grupos de alimentos).
Según el profesor Gregorio Varela Moreiras, presidente de la Fundación Española de la Nutrición (FEN) y Catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad CEU San Pablo “para que un desayuno sea completo debe aportar entre el 20-25% de las necesidades energéticas diarias, e incluir al menos tres grupos de alimentos básicos como leche y derivados, cereales y derivados y frutas, y se recomienda complementar con un cuarto grupo, en el que estarían alimentos como aceite de oliva virgen extra, tomate, mantequilla, frutos secos, huevos, jamón, café, miel, mermelada, legumbres, etc.” En su opinión, “no solo es importante el hecho de desayunar o no, sino que se debe tener en cuenta la composición del mismo y su presentación”.
La directora ejecutiva de Aecosan, Teresa Robledo, ha resaltado el “Plan de Colaboración para la mejora de la composición de alimentos y bebidas y otras medidas 2017-2020”, presentado por la Ministra de Sanidad el pasado cinco de febrero, bajo el lema: trabajar juntos para una alimentación más equilibrada y saludable. Fruto del trabajo conjunto con el sector de la fabricación, distribución, restauración social, restauración moderna y distribución automática.
De este modo, el desayuno saludable es aquel que es variado, completo, equilibrado y satisfactorio. Según el profesor Varela Moreiras “no podemos decir que exista un desayuno ideal, sino que hay multitud de combinaciones que tienen que adecuarse a las necesidades y circunstancias de cada persona y su entorno”. En su opinión “es recomendable que se varíen tanto los alimentos como la presentación, igual que hacemos con la comida o con la cena. De esta forma, romperemos con la monotonía y disfrutaremos más de nuestros desayunos”.
En definitiva, el desayuno es una buena ocasión para incluir grupos de alimentos que no deben faltar en nuestra dieta y para completar el número de raciones de diferentes grupos que no vamos a cubrir durante el resto del día. Para este experto, es importante destacar también que el desayuno puede favorecer la socialización de la unidad familiar.
De este modo, el desayuno debe incluir al menos tres grupos de alimentos (leche y derivados, cereales y derivados y fruta) y se recomienda complementar con un cuarto grupo (aceite de oliva virgen extra, tomate, frutos secos, huevos, jamón, mantequilla, café, miel, mermelada, legumbres, etc.), ya que la combinación de todos ellos aporta al organismo hidratos de carbono complejos, fibra, proteína, agua y una adecuada cantidad de grasa, contribuyendo además a cubrir las necesidades de vitaminas y minerales, sin olvidar la presencia de compuestos bioactivos de gran interés nutricional.