Los representantes de la industria atunera mundial, reunidos en Vigo en la VIII Conferencia Mundial del Atún, piden verificar de forma rigurosa el “cumplimiento de unas mismas normas por parte de cualquier operador”. De este modo, se garantiza la existencia de un control efectivo respecto del cumplimiento de los principios de la responsabilidad social corporativa en todos los ámbitos.
El mercado de la UE es el principal mercado mundial para los productos del mar e igualmente para las conservas de atún, motivo por el cual existe una gran competencia entre los distintos operadores que comercializan sus productos en el mismo, ya sean comunitarios o de terceros países.
Por ello, es esencial que las administraciones aseguren que dicha competencia se realice cumpliendo el denominado “level playing field”. De este modo, se posibilitará un desarrollo sostenible, desde el punto de vista económico, social y medioambiental, de la industria a nivel comunitario y mundial.
Con esta iniciativa se blindará no solo el mantenimiento de su actividad industrial, generadora de valor añadido, crecimiento y empleo tanto a nivel local como mundial, sino que debe ser la vía para impulsar su crecimiento y su ya de por si importante dimensión social, dada la fragilidad de la cadena de suministro global.
Por otro lado, la industria considera fundamental para preservar su competitividad futura, el que por parte de la Comisión Europea no se distorsione con un acceso preferencial al mercado de la UE a las conservas de atún, que no cumplan con las normativas comunitarias y procedentes de terceros países con los que se puedan llevar a cabo negociaciones comerciales, a fin de evitar la pérdida de empleos y actividad económica tanto en Europa como en aquellos países que cuentan con inversiones comunitarias alentadas por la propia Comisión Europea, siendo para ello necesario tanto disponer de sistemas aduaneros con sólidas normas de origen, y otras, como herramientas esenciales para mantener el necesario equilibrio de la industria atunera, no solo a nivel europeo sino a nivel mundial, debiendo considerarse el atún como un producto sensible en el marco de estas negociaciones.
La industria atunera comunitaria es consciente de las obligaciones que implica la normativa comunitaria dictada para prevenir, desalentar y eliminar la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (IUU), respecto a la cual la Comisión Europea debe exigir la máxima transparencia y rigurosidad a todos sus Estados Miembros a fin de lograr una aplicación totalmente uniforme en el conjunto de la UE y sobre todo el mantenimiento de la sostenibilidad global de los recursos atuneros.
Para ello deben agilizarse los trabajos para disponer cuanto antes de una base de datos comunitaria, que permita verificar los datos incluidos en los certificados de capturas a fin de evitar una sobreutilización de los mismos, así como establecer un porcentaje mínimo de verificación de las importaciones que entran por las fronteras de los distintos Estados Miembro, utilizando variables como un análisis de riesgos en función del país de origen, antecedentes del operador.