En la Unión Europea se desperdician al año hasta 88 millones de toneladas de alimentos, lo que supone un total de 173 kilogramos anuales por persona, según informa el Parlamento Europeo.
Se desperdician alimentos durante todas las fases de la cadena alimentaria, desde la producción agrícola hasta el consumo final. Sin embargo, es en los hogares (53%) y en el proceso de procesamiento (19%) donde más desperdicio de alimentos se produce.
Desperdiciar alimentos también supone un uso innecesario de recursos escasos como la tierra, el agua y la energía. Contribuye además al cambio climático: por cada kilogramo de alimento producido, 4,5 kilogramos de dióxido de carbono (CO2) se arroja a la atmósfera.
Por todo ello, el Parlamento Europeo se prepara para adoptar nuevas medidas para reducir a la mitad la cantidad de comida que se desperdicia para 2030. "La Unión Europea es una de las comunidades más ricas y prósperas del mundo. Constituye una obligación moral y política reducir las enormes cantidades de comida desperdiciada", señaló la eurodiputada Biljana Borzan.
Los eurodiputados abogarán también porque se faciliten las donaciones de alimentos y pedirán que la Comisión Europea modifique la normativa sobre el IVA, para que se permitan exenciones a las donaciones de alimentos.
También harán hincapié en la necesidad de poner fin a la confusión entre las etiquetas de consumo preferente y de fecha de caducidad. Según una encuesta Eurobarómetro de 2015, poco menos de la mitad de los ciudadanos europeos entiende la diferencia entre estas dos indicaciones.