La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) denuncia que, en pleno ecuador de la vendimia, los precios de la uva caen en las principales zonas productoras hasta un 50% a pesar del significativo recorte de la cosecha previsto, (37 millones de Hl. esperados frente a los 41,5 del pasado año).
Por regiones, son destacables los descensos en los precios respecto a 2007 en Tierra de Barros (Extremadura) con una caída del 48% en la tinta tempranillo y la pardina, en La Mancha, con desplomes de un 28% en la blanca aíren y de un 20% en la tinta cenciblel, en Rueda (Castilla León), con un hundimiento de la variedad verdejo del 66%, en Utiel-Requena (Valencia), con unas cotizaciones un 33% menores en la tempranillo y un -22,5 % en macabeo (La Rioja) con descensos del 47% respecto en tempranillo, Montilla-Moriles (Andalucía), con una reducción también del 19% en la variedad Pedro Ximénez y Jumilla en su típica monastrell con un -13% y un -24% en tempranillo.
El sector vitivinícola español está viviendo una grave crisis de mercado que está afectando especialmente a los viticultores, muchos no cuentan con ayudas directas compensatorias como en otros sectores y sus ingresos dependen exclusivamente de la venta de la uva. “Conforme a lo recomendado por las distintas administraciones, hemos adaptado nuestras variedades a las que supuestamente tenían mejor salida comercial, hemos invertido para modernizar las infraestructuras de nuestras cooperativas, hemos pasado de tener “químicos” a contar con enólogos de relieve para elaborar caldos de calidad a precios competitivos, etc… Y con todo, lejos de mejorar nuestras rentas y dar ese salto necesario hacía el futuro nos encontramos con unos precios de la uva similares a los de hace décadas y un aumento de los costes que nos precipitan más bien hacía el vacío”, ha argumentado Alejandro García Gasco, responsable del sector vitivinícola de COAG.
En pleno ecuador de la vendimia, cerca de 40.000 viticultores están recogiendo la uva a pérdidas y en muchos casos sin conocer el precio que finalmente percibirán. Para acabar con este horizonte de inestabilidad e inseguridad, COAG está trabajando con la Administración estatal y las CC.AA. para diseñar un contrato tipo homologado para el sector que garantice unos precios por encima de los costes de producción. En palabras de García-Gasco, “agricultores e industria estamos condenados a entendernos y en este sentido debemos avanzar en la firma de contratos con carácter plurianual que se revisen cada campaña. Necesitamos además el protagonismo de las cooperativas en sus mercados de influencia para establecer unos precios de referencia equiparables a los costes del viticultor”.