Castilla-La Mancha, con 443.818,31 hectáreas, cuenta con casi la mitad del viñedo de todo el territorio nacional, es decir, el 47% de la superficie española dedicada al vino.
De esta superficie, según la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos (ESYRCE) en 2015, en Castilla-La Mancha, el 46,6% de la superficie dedicada a viñedo de uva de vinificación está en regadío y, además, a inicios de la campaña 2015/2016 había 151.170,09 hectáreas en conducción elevada o espaldera, siendo el agua, por tanto, el mayor factor limitante de la viticultura regional.
España es, a 31 de diciembre de 2015, con 951.200 hectáreas de uva de vinificación, el país de mayor superficie vitícola mundial; sin embargo en los 20 últimos años en todo el territorio nacional se han perdido casi 500.000 hectáreas, de las que aproximadamente 258.000 pertenecían a Castilla-La Mancha.
Por otro lado, si se analizara la repercusión que en los 15 últimos años de aplicación de medidas del programa de apoyo nacional al sector vitivinícola se ha reestructurado o reconvertido, en España se modernizaron 355.316 hectáreas de viñedo, de las que Castilla-La Mancha se habría beneficiado de 174.574 hectáreas. De estos datos se desprende que la medida debería haber cambiado la competitividad teórica del viñedo regional en estos años, al haberse transformado el 38% del viñedo de España y de Castilla-La Mancha.