El aceite de oliva es una de las categorías más importantes en gran consumo, con unas ventas de 611 millones de euros. Entre enero y agosto de 2015, el precio de este producto se ha ido encareciendo hasta un 23%.
Así, en enero de 2015 el precio medio del aceite de oliva se cifra en 2,94 euros el litro, mientras que en agosto de 2015 asciende a 3,59 euros el litro, aseguran datos de la consultora IRI. Durante los primeros meses del año los precios mantuvieron una tendencia negativa, pero en abril se empezaron a elevar. No obstante, esta subida de los precios no está afectando a la demanda, que se ha mostrado con una tendencia positiva desde principios de año.
Entre enero y agosto, el mercado de gran consumo ha incrementado sus ventas un 2,4% en hipermercados y supermercados, principalmente impulsado por una demanda que crece un 2,1% y precios ligeramente al alza (+0,3%), según el informe.
Al ser una categoría con tanto peso en gran consumo – concentra el 2,4% de las ventas en valor de gran consumo –, las grandes fluctuaciones en su precio, pueden llegar a ser motivo para ‘distorsionar’ la evolución del mercado en valor. Por esta razón, el encarecimiento de los precios del aceite en lo que va de año, sumado al peso de esta categoría en el mercado, hacen que si se aislase el efecto del incremento de su precio, el precio medio de gran consumo en este periodo caería un 0,3%, y la evolución de las ventas, por tanto, se reduciría al 1,8%.
Este efecto se agudiza durante los meses de verano: entre junio y agosto el incremento de los precios del mercado de gran consumo se elevó un 0,9%. El incremento del precio del aceite, que durante estos tres meses se encarece un 40%, hace que de eliminarse su incremento, los precios se mantendrían intactos.
El aceite es una categoría básica en la cesta de la compra y, aunque la demanda de aceite de oliva se ha reducido cerca del 7%, se compensa con un incremento del consumo de otros tipos de aceite como aceites de semillas o de orujo.
En todo caso, la buena evolución de las ventas y de la demanda de gran consumo durante el año es obvia, y se apunta a un cierre de 2015 con una tendencia positiva en sus ventas en valor, que alcanzarán un crecimiento del 2,1% según la previsión de IRI.