En España, los índices de adherencia al patrón alimentario de la Dieta Mediterránea son cada vez más bajos en los jóvenes.
La dieta española “cada vez es más cercana a una dieta occidental globalizada, con alto consumo de alimentos de origen animal y escaso de frutas y verduras. Esto es especialmente cierto en la población adulta joven”, explica Emilio Martínez de Victoria, catedrático de Fisiología del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos “José Mataix” (INYTA) de la Universidad de Granada y participante en el Workshop “Evaluación Nutricional y de estilos de vida de poblaciones”, organizado por la FINUT y la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN).
Asimismo, Martínez de Victoria señala que, “los índices de adherencia al patrón alimentario de la Dieta Mediterránea son más bajos en los jóvenes y aumentan conforme lo hace la edad de los encuestados. La situación no es muy diferente en Chile y Argentina ya que debido a la globalización alimentaria, se observa una occidentalización de la dieta”. Los expertos confirman que las diferencias más destacadas radican en el consumo de carnes (especialmente en Argentina), cereales y lácteos, algo mayor en estos países.