Al cierre del año fiscal, la cadena británica de supermercados Tesco ha experimentado las mayores pérdidas en su historia y las más elevadas del sector de distribución minorista en Reino Unido.
Así, ha registrado unas pérdidas anuales de cerca de 6.400 millones de libras (unos 8.900 millones de euros), tras la marcha de muchos de sus compradores por el escándalo contable que sufrió este año, lo que obligó a rebajar el valor de sus tiendas en las cuentas.
Por su parte, el beneficio comercial de Tesco fue de 1.400 millones de libras, menos de la mitad de los 3.300 millones de libras del año anterior, lo que supone el tercer año consecutivo de declive.
“Ha sido un año muy difícil para Tesco. Los resultados que hemos publicado reflejan un deterioro en el mercado y, más significativamente, una erosión de nuestra competitividad en los últimos años”, asegura el presidente ejecutivo de la cadena, David Lewis.
No obstante, “estamos empezando a ver signos alentadores de lo que hemos hecho hasta ahora”, explica Lewis, quien continúa diciendo que “estamos haciendo cambios profundos en la forma en que organizamos y ejecutamos nuestro negocio, así como un nuevo enfoque en la forma en la que trabajamos con los proveedores”.