Las expectativas de gasto de los consumidores españoles han mejorado dos puntos en el último año, no obstante, todavía se sitúan en valores negativos, con una mejora inferior de la esperada.
Este ligero incremento de las expectativas de consumo viene determinado por la mejora de las perspectivas sobre la situación económica del país y sobre el empleo. Sin embargo, no han sido suficientes para que los consumidores se sientan confiados y piensen en hacer compras que supongan un gasto importante.
El último estudio “Clima de Consumo en Europa”, realizado por la consultora GfK, para el primer trimestre de 2015, asegura que los consumidores españoles, a pesar de liderar las expectativas económicas en Europa e incluso conseguir máximos históricos en algunos indicadores, como los relativos al empleo e ingresos, se sitúan, sin embargo, en las últimas posiciones en cuanto a sus previsiones de gasto.