La Unión Europea será el socio más perjudicado entre todos los afectados por la medida rusa anunciada en agosto. De hecho, el 73% de las importaciones rusas que se prohíben proceden de la UE.
Rusia es el segundo mayor mercado de exportación para productos agrícolas de la UE. Los alimentos y las materias primas representan el 10% de todas las exportaciones de la UE a Rusia, aunque ello puede ser únicamente entre el 1% y el 3% de la producción total de la Unión.
El año pasado, las exportaciones agrícolas de la UE a Rusia representaron 11.300 millones de euros, pero las medidas rusas se refieren únicamente a las exportaciones por valor de 5.100 millones de euros, es decir, el 43% de estas exportaciones. Por ejemplo, no incluyen el vino, las bebidas espirituosas, el aceite de oliva, los cereales, la pasta, bebidas, y otros productos.
Las medidas rusas de veto comprenden la carne, los productos lácteos, las frutas y hortalizas y las prohibiciones de determinados productos procesados procedentes de la UE, Estados Unidos, Canadá, Australia y Noruega.
La Comisión Europea ya ha respondido a las medidas rusas con medidas de apoyo al mercado a corto plazo por valor de más de 155 millones para abordar problemas de exceso de oferta en el mercado de las frutas y hortalizas y los productos lácteos. No dudará en tomar más medidas en función de cómo evolucione la situación.
En concreto, estas medidas se refieran a melocotones y nectarinas (por un valor de 33 millones de euros), frutas y hortalizas perecederas (125 millones de euros) y mantequilla, leche desnatada en polvo y los quesos. Además, ayer se anunció un importe adicional de 30 millones de euros que se pondrán también a disposición de los estados miembros para reforzar los programas de promoción en los mercados de terceros países y de la UE a partir de 2015.